Hace un siglo, Blas Infante puso en marcha el primer espacio destinado a la identidad y la cultura andaluzas. En poco tiempo, medio centenar de ellos había abierto sus puertas. Fueron importantes para la celebración de Ronda de 1918, donde el andalucismo histórico acordó la bandera y el escudo de Andalucía.
Cien años se cumplen este sábado del nacimiento del Centro Andaluz que impulsó Blas Infante. Empezó con un manifiesto, en abril de 1916. En él se recogían algunas de las ideas que motivaban su creación y puesta en marcha. Entre sus principales labores, la edición de la Revista Andalucía, destinada a la promoción y difusión del movimiento pro autonomista, a la que seguiría ‘El Regionalista’.
Sevilla se convirtió, así, en la primera ciudad con Centro Andaluz. Fue el domingo 22 de octubre de 1916 cuando abrió oficialmente sus puertas en la calle Azofaifo, 2, junto a Sierpes. Meses después se mudaría a un espacio mayor, en el número 7 de la cercana calle O’Donell.
Entretanto, el Centro Andaluz comenzó a sumar adhesiones dentro y fuera de Andalucía. Córdoba fue la segunda y, a partir de ahí, hasta más de medio centenar de ellos fueron abriendo sus puertas. También en Madrid, en Cataluña y hasta fuera de España.
Figuras relevantes de la Andalucía del momento formaron parte y colaboraron en sus actividades como Rafael Ochoa, Alejandro Guichot, Lasso de la Vega o el político y catedrático Mario Méndez Bejaran, entre muchos otros nombres. Sería el propio Blas Infante quien presidiría su Junta Directiva desde su creación y hasta 1919, pasando desde entonces a ser su presidente honorario.
Desde sus inicios, el Centro Andaluz presentó mociones y propuestas, buscando animar a la ciudadanía sevillana a participar en la vida pública. Entre estas acciones destacan la moción sobre referéndum e información pública al Ayuntamiento de Sevilla, la solicitud al Gobierno para la creación de campos agrícolas experimentales -que permitieran formar a jornaleros y convertirlos en agricultores-, o la protección del campo andaluz de riadas y de la desertización. Fue también producto del Centro Andaluz la convocatoria de una Asamblea Ciudadana en Sevilla y que levantó no pocos rechazos entre la clase política de la época.
Otra de las labores del Centro Andaluz era la pedagógica. Así, se impartieron en ellos clases gratuitas de francés, economía política, sociología, pedagogía social o Historia de Andalucía, que además impartía el propio Infante.
Soportes para la Asamblea de Ronda
Junto a esta actividad política y educativa, el Centro Andaluz y la revista Andalucía fueron soportes para la organización de la Asamblea de Ronda. De hecho fue a través de ella donde se hizo el manifiesto a los andaluces, invitando a participar en la asamblea que en 1918 se acordaría los símbolos de Andalucía: el escudo y la bandera. Ya sólo quedaba el himno, que llegaría unos años más tarde.
Tras las conclusiones obtenidas en Ronda, fue también el Centro Andaluz de Sevilla el que pidió al Ayuntamiento de Sevilla y a la Diputación, que solicitaran al gobierno la autonomía “en iguales términos que a las demás de España”. Esta sería la primera petición de Autonomía para Andalucía.
Sin embargo, los Centros Andaluces de Infante fueron cerrados por la Dictadura de Primo de Rivera, hasta la llegada de la República. Tras este nuevo resurgir, y a meses de que Autonomía lograse su autonomía política, el golpe de Franco y su régimen de 40 años, hicieron desaparecer cualquier rastro de autonomismo andaluz. No sería hasta la democracia cuando los Centros Andaluces volverían a florecer, en esta ocasión ya como sedes del Partido Andalucista la mayoría de ellos, o como asociaciones culturales en distintos municipios andaluces.