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Sevilla es la capital de la provincia homónima así como la capital política de la comunidad autónoma de Andalucía.

El municipio cuenta con una población de 700.169 habitantes, lo cual la convierte en la ciudad más poblada de Andalucía, la cuarta de España tras las urbes de Madrid, Barcelona y Valencia, y la 31ª de la Unión Europea. El municipio comprende una extensión de 140,8 km². Por su parte, el área metropolitana de Sevilla se compone de un total de 46 municipios, y cuenta con una población de 1.942.155 habitantes (INE, 2013).

Pero las grandes ciudades europeas no lo son exclusivamente debido a aspectos geográficos o socio-demográficos. La importancia de una ciudad en el mapa, además de por la magnitud de su extensión física y de su población, ha de venir refrendada por aspectos de índole económica y estratégica. De tal modo que las estructuras con las que está dotada la ciudad suponen un incentivo o aliciente que contribuye a posicionar a las ciudades en esferas de mayor altitud y relevancia.

Sevilla cuenta con un aeropuerto de una única terminal, que recibe vuelos nacionales e internacionales. El Aeropuerto Sevilla-San Pablo (SVQ), gestionado por AENA, se encuentra situado a 10 km al noreste de la capital, ubicado entre los términos municipales de Sevilla y La Rinconada. El aeropuerto está conectado con las principales capitales de provincia nacionales, así como con las capitales europeas más importantes (París, Londres, Roma, Bruselas, Ámsterdam), en gran medida gracias a la fuerte presencia de las aerolíneas de bajo coste (Ryanair, Easyjet y Vueling). La cifra de pasajeros registrada durante el pasado año 2013 fue de 3.687.727 pasajeros, una cifra nada despreciable.

Quien haya tenido la oportunidad de conocer otras ciudades y otros aeropuertos a nivel nacional y europeo, se habrá percatado de que éstos están dotados de mejores prestaciones, no sólo en lo referente a los accesos al mismo, sino también en cuanto a su dotación de servicios de hostelería y alojamiento. La desproporcionada tarifa única aplicada por los taxis para el trayecto desde la ciudad al aeropuerto ya es significativa y habla por sí sola del aprecio que en esta ciudad se profesa al viajero, fuente de ingresos primordial para la ciudad, por otra parte. Para un trayecto de apenas 10 km. se cobra una tarifa que puede oscilar entre los 22 y los 30 €. Una vez cogí un taxi desde el centro de París al Aeropuerto de Paris-Orly (a unos 25 km. de distancia y con un tráfico considerable) por 20 €.

Sin embargo, no es este el problema que más me ofusca, sino el de las escasas facilidades que se dan al turista para hospedarse cerca del aeropuerto. Sevilla es una ciudad maravillosa que hace las delicias de un determinado tipo de turista, amante de la historia, la cultura, la arquitectura y los monumentos. No obstante, tenemos al lado una fantástica franja costera que comprende todo el litoral onubense y gaditano. Aunque Huelva y Cádiz se benefician también del turismo procedente de los vuelos que aterrizan en los aeropuertos de Faro (Portugal) y Jerez de la Frontera, Sevilla concentra (aún) una mayor proporción y variedad de vuelos internacionales, que transportan a turistas europeos ávidos de disfrutar de horas de sol y playa en la costa andaluza occidental. Pues bien, estos turistas no tienen ni un miserable hotel, hostal o bed&breakfast (vulgo fonda) donde pernoctar hasta que no lleguen casi a las afueras de la ciudad (el Hotel Ibis de la Avda. de Kansas City, para concretar).

Se da la circunstancia de que muchos de estos vuelos, operados por compañías aéreas low-cost, aterrizan en Sevilla a horas intempestivas, en las que, difícilmente podrá el viajero enlazar con algún servicio de tren o autobús hacia su destino final. Este turista, en vez de tener un lugar donde hospedarse junto al aeropuerto, se ve forzado a tomar un taxi o la línea de autobús Especial Aeropuerto, y pasar la noche en algún establecimiento hotelero de la capital, para reemprender su viaje a la mañana siguiente.

Personalmente pienso que estamos desperdiciando la oportunidad de ofrecer al turista un servicio de mayor calidad, para que todo aquel que viaje a Sevilla con carácter transitorio, es decir, cuyo destino final sea otro distinto a la capital de Andalucía, pueda hacerlo con un mayor grado de comodidad. Creo que dotar al aeropuerto de una infraestructura hostelera a la altura de Sevilla beneficiaría sin duda a la ciudad y atraería a una mayor cantidad de este “turismo indirecto”.

Por poner un ejemplo a modo ilustrativo, se me ocurre el de Frankfurt, una ciudad de características demográficas muy similares a las de Sevilla. Frankfurt es en la actualidad la quinta ciudad de Alemania, con una población de 687.775 habitantes, cuya área metropolitana alcanza los 2.500.000 habitantes (State of European Cities Report, 2014). Aunque menos turística que Sevilla, Frankfurt también recibe numerosas visitas por tratarse de un importante centro financiero a nivel europeo. De ahí que cuente con hasta tres aeropuertos, el de Frankfurt Am Main, el de Frankfurt Hahn y el Frankfurt Egelsbach. He viajado en varias ocasiones al aeropuerto de Frankfurt Hahn (aeropuerto de pequeño tamaño y casi monopolizado por Ryanair) con destino a otros lugares. Mis vuelos han llegado siempre pasadas las 23 h. de la noche, y he podido pernoctar allí mismo en un confortable y económico bed&breakfast frente a la terminal (Hay más de uno). Lo mismo me ha sucedido al viajar al aeropuerto de London-Stansted.

Que el turista de sol y playa que viaja a Islantilla o a jugar al golf en Novo Sancti Petri, el surfero que se dirige a Tarifa, o el que pretende conocer los Patios y perderse por la Judería de Córdoba, o recorrer la Subbética, o conocer Doñana, y que para ello desembarque previamente en Sevilla, tenga donde alojarse a un precio económico y junto al aeropuerto, se me antoja una buena manera de situar al aeropuerto de Sevilla en el nivel donde merece estar.

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