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“Voy a bailar con bata de cola y mantón porque así lo siento, me apetece en este momento”, de este modo ha abierto el coreógrafo y bailarín Manuel Liñán la presentación de “Nómada” en la sede la Bienal, el Espacio Santa Clara, aclarando que “no se trata de provocar, la bata de cola me permite expresarme tal y como soy, cuando la descubrí me hizo crecer como coreógrafo e intérprete, abriéndome todo un mundo nuevo de posibilidades”.

El pasado 21 de septiembre, el coreógrafo y bailaor Manuel Liñán ya demostró su manejo de la bata de cola como “invitado” de Belén Maya en el Teatro Central. El miércoles 1 de octubre vuelve a subirse a las tablas del teatro de la Cartuja para ofrecernos su última producción, “Nómada”, “una oda a la migración creativa responsable de la supervivencia personal y creativa” del propio Liñán.

“En Nómada he querido desarrollar y mostrar mi trabajo como director, como coreógrafo y como intérprete” explica el bailaor que, en este viaje físico y emocional por los diferentes lugares del flamenco está acompañado por Anabel Moreno, Agueda Saavedra, Inmaculada Aranda, Adrián Santana y Jonatan Miró al baile; Miguel Ortega, Miguel Lavi y David Carpio al cante; y Víctor Márquez ‘El Tomate’ y Francisco Vinuesa al toque.

“Nómada”, que cuenta con el apoyo del Instituto Andaluz del Flamenco y colgó el cartel de ‘no hay billetes’ hace ya varios días, es un ejemplo más del interés de la Bienal y de su director, Cristóbal Ortega Martos, de mostrar el trabajo de los creadores del presente en una línea de programación que, en palabras del propio director, “está funcionando muy bien”.

‘Nómada’

El ser humano, innatamente, de una u otra forma, sigue siendo nómada; ya no movido solamente por las exigencias del principio en busca de sustento físico sino también atendiendo a otras necesidades igual de importantes como son las necesidades emocionales.

Manuel Liñán propone para este espectáculo un formato compuesto por tres bailaoras, tres bailaores, tres voces y dos guitarras con la finalidad de construir un formato de espectáculo donde poder desarrollar su labor como coreógrafo, director e intérprete; Mundos diferentes de los que se sustenta su propio autor, a veces como coreógrafo, exponiendo sus inquietudes desde un prisma exterior, y otras como intérprete siendo el mismo quien las representa. Dos vertientes que le hacen sobrevivir emocionalmente en una búsqueda constante.

Nómada es un viaje colectivo ubicado a veces, en diferentes zonas geográficas que enmarcan el flamenco en diferentes texturas. El cante, el baile y la guitarra, ubicados según en qué lugares, aportan a este arte una pluralidad de estilos y conceptos que lo enriquecen, manifestándose de diferentes formas.

Este colectivo de artistas gusta de indagar, de viajar, de cambiar de lugar tanto físico como emocional, pues el movimiento forma parte de su vida buscando nuevos parajes, nuevos lugares donde poder exponer las inquietudes de las que en este espectáculo, el autor se nutre como coreógrafo e interprete.

Este espectáculo, por lo tanto, es una danza al movimiento, un canto al inmenso tapiz en el que vivimos, con sus infinitas posibilidades y una oda particular a la migración creativa responsable de la supervivencia personal y artística.