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Había conjura en el vestuario verdiblanco para este partido. Daba igual lo que se hubiera hecho hasta el momento porque la importancia del encuentro dictaminaba que sólo valían los tres puntos.

Predisposición mucha, presión también. Y nervios. Parecía que todo iba a tornarse por la calle de la tranquilidad con el gol en el minuto 9 de partido, obra de Rennella. Pero no duraba mucho la calma porque el Recreativo empataba con un cabezazo de Montoro dos minutos más tardes. Mucho altibajo para un comienzo de choque con el ambiente enrarecido, y los primeros compases no ayudaban.

Desde el comienzo, el Recrativo se convertía en un sinapismo rival, que tenía el guión bien estudiado y lo aplicaba con maestría. Al Betis le costaba entrar en juego pero había algo diferente en este partido. Cuando la pelota llegaba arriba, la fluidez aparecía, en pocas acciones, pero aparecía. En el 9′, Rubén dejaba en la banda una pelota a Kadir que, tras una internada, la ponía en el primer palo para que Rennella la buscara, se adelantara al defensa y pusiera el uno a cero. La grada celebraba el gol y respiraba, pero por poco tiempo. Dos minutos después, un centro de Pedro Ríos lo remataba Montoro totalmente solo y establecía las tablas en el marcador.

A partir de ahí, nervios, muchos nervios, e imprecisiones que no ayudaban a un equipo que tiene que ganar en tranquilidad porque la calidad la tiene, y posteriormente la demostraría. El Recre se crecía y Adán intervino impidiendo el segundo tanto visitante en una salida a Pedro Ríos. El meta también lo hizo a comienzos de partido en una jugada ensayada.

El Betis consiguió salir de su pequeña marcha por el desierto y el 39′ demostró que este equipo atesora mucha calidad arriba y cuando la fluidez aparece todo cambia. Álex iniciaba una contra que, después una buena combinación entre kadir, Ceballos y Rubén, el canario terminaba con un disparo centrado. Un brote diferente a los que habían crecido durante partidos pasados. Esta acción no iba a convertirse en una raya en el agua porque iba a tener continuación. Se cambió el escenario a la otra banda. De nuevo, una buena jugada elaborada con rapidez finalizaba con un disparo potente de Rennella que no atajaba Sotres y Rubén, el más listo de la clase, se la arrebataba recibiendo la falta del portero que lo derribaba en un claro penalti. Once metros para el canario y reencuentro con el gol (2-1).

No supo guardar la ropa el cuadro verdiblanco en el primer gol pero lo arregló antes de que terminaran los primeros 45 minutos.

El partido no era bueno por parte de ninguno de los dos contendientes pero había jugadas esporádicas donde se mostraban cosas. Los de Velázquez quisieron insistir en el juego con el que acabaron pero de nuevo había problemas de fluidez y la espesura volvía a reaparecer. Kadir intentó luchar en contra de ésto en la primera mitad pero en la segunda no estaba tan fino. En anteriores partidos Rubén había estado muy poco participativo, algo raro en él y el delantero no dejó pasar un nuevo partido. Una vez más, Rubén apareció. Control y giro dentro del área y Menosse que no puede con la agilidad del punta haciéndole penalti en el 18. Otra pena máxima que se saca de la chistera el 24 verdiblanco y que en esta ocasión dejaba a Kadir que lo lanzara. El franco-argelino engañaba al portero y ponía el tercero (3-1).

Se pensaba ya en un partido plácido pero el error de la primera mitad volvía a resurgir. Corría el minuto 22 cuando Pedro Ríos dibujaba una diagonal interior y su pase lo metía en la red Núñez que había salido en sustitución de Dimas. A diferencia del 1-1, la reacción bética fue mejor. No aparecieron nervios e incluso se estrelló un balón al palo cuando el Villamarín cantaba el gol de Rubén.

Velázquez movió el banco y Chuli entraba a escena por Rennella. El técnico cambiaba el sistema con este movimiento y Rubén se quedaba solo en punta de ataque. Las distancia era reducida, no era la ventaja anterior, pero el Betis conseguía dominar el partido y no sufrir. Es más, intentaba buscar ampliar el marcador. Matilla lo intentaba desde lejos y Rubén se movía buscando el gol. También Chuli que salió con muchas ganas. Los verdiblancos no sacaban ventaja en el marcador pero en el minuto 38 lo hicieron en el terreno de juego. Ceballos robaba una pelota en un balón dividido contra Menosse y el central lo derribaba. El defensa ya tenía una amarilla tras el penalti hecho a Rubén y se marchaba antes de tiempo.

El Recre se desbarató. Córcoles veía la segunda amarilla por propinarle un codazo a Chuli en un salto y los onubenses se quedaban con dos efectivos menos. El Betis necesitaba la pelota y Velázquez metía a Nono por Ceballos, ovación enorme para el 46, para que su equipo viviera con tranquilidad los últimos minutos. Antes, Rubén mandaba nuevamente al palo un balón en boca de gol a la salida de un córner. Sólo el juego aéreo podía inquietar el resultado pero ahí Adán eliminaba el peligro.

Lo importante eran los tres puntos, daba igual la forma, el Real Betis tenía que puntuar y lo logró. La mejor manera para adquirir confianza es ganando y en un partido en el que sobraba mencionar la palabra presión, porque se daba por ella, el cuadro de Velázquez respondió.