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El Sevilla busca iniciar la dinámica ganadora fuera de casa ante un Celta capaz de lo mejor (4-1 al Barça) y lo peor (1-5 del Valencia) por su ofensiva, pero a veces también arriesgada propuesta futbolística.

Aparcada la vibrante victoria en Copa del Rey, la Liga manda. El reto de iniciar la cuenta de triunfos a domicilio se hace apremiante y casi obligatorio, tras diez visitas sin cantar victoria. Sólo seis empates y cuatro derrotas es mucho lastre para impulsar de forma decidida la senda que lleva a Europa. No obstante, pese a ir siempre a remolque de este Celta modélico en la primera vuelta, el Sevilla ha logrado cazarlo a base de triunfos en Nervión (10), y superarlo en la tabla, mientras el cuadro vigués lleva las mismas diez victorias ligueras, pero repartidas entre fuera y dentro -cinco y cinco- donde ofrece cara y cruz.

Los tres puntos a sumar en terreno gallego abrirían la espita de una ansiada regularidad al tiempo que marcaría una diferencia de cinco puntos con respeto a un rival con los mismos objetivos. Con los dos equipos con el choque copero todavía muy presente, las rotaciones se antojan inevitables para compensar el esfuerzo realizado hace menos de tres días. En el Sevilla, de hecho, podrían debutar incluso Federico Fazioy Diogo, las dos caras nuevas, aunque más que conocidas, que han sido incluidos en la lista de Unai Emery.

Los de Berizzo han bajado el pistón liguero, sufriendo cinco derrotas en sus seis últimos partidos, al mostrar un interés decidido por la Copa del Rey. Sin duda, han descuidado la Liga. En las citadas cinco derrotas, dos fueron en Balaídos (0-1 ante el Athletic Club y 0-2 frente al Atlético de Madrid), salvando sobre la campana su choque casero ante el colistaLevante por 4-3. Pese a su propuesta claramente ofensiva -en estos seis partidos- sólo anotó gol en dos de ellos, frente a los levantinos y en su último encuentro en Las Palmas (2-1) en el que terminó cayendo en el descuento. En los otros cuatro no logró marcar. Una racha negativa que choca con la imagen dinámica y atractiva de su juego.

 

Lo mejor y lo peor

 

Los partidos abiertos que el cuadro celeste propone, favorece dicho cara y cruz en los tanteos; es capaz de lo mejor y de lo peor. Así, el recordado 4-1 que asestó al Barça, modelo a enseñar en las escuelas de entrenadores por su juego vertical y efectivo al cien por cien, contrasta con el 1-5 ante el irregular Valencia, dando a los vigueses en Balaídos su propia medicina. Ese es el escenario que los de Emery deben provocar en el pleito de este domingo, casi un calco al electrizante ejemplo copero. Pero se antoja que será distinto. Con independencia de mirar de reojo los dos equipos a la vuelta de Copa del próximo jueves, los nervionenses deben afrontar la segunda cita en siete días ante el mismo rival con la solidez defensiva recuperada y el acierto en ataque como norte. Ganar en terreno gallego es importante para impulsar el camino iniciado hacia los puestos europeos. Ya debería tocar.  

El riesgo local que propone Berizzo se ve reflejado en que han ganado 5 partidos y han perdido 4 (ante los dos Atléticos, Madrid y Valencia), más dos empates, sumando el mismo número de goles a favor y en contra(19), una clara manifestación de su fútbol atrevido y valiente que deja muchos espacios atrás, pero que les augura goles a favor: sólo en 4 partidos de Liga de 21 no marcó. El Celta, al que sólo superan en casa los dos grandes en posesión de balón, atesora un 58,65%. Por su parte, los sevillistas deben empezar a voltear su pobre producción goleadora a domicilio, donde en diez citas no han marcado en la mitad de ellas, anotando sólo 5 goles (registro negativo en Europa) y han encajado 11.

 

La historia no es favorable a los sevillistas en las 43 visitas ligueras en Vigo. Sólo ganó 8 veces, las tres últimas en este siglo (un 0-1 y dos 1-2), la más reciente en octubre de 2006, con goles de Poulsen y Adriano. El Sevilla suma allí 25 derrotas y 10 empates, con un balance también pobre en goles: 38 a favor por 81 en contra. En la etapa más reciente el cotejo es más parejo: en ocho visitas se dieron los tres triunfos ya citados, tres derrotas y dos empates, uno de ellos (1-1) fue la última cita liguera en terreno gallego en mayo de 2015 en la que los sevillistas se dejaron opciones de Champions . Gol de Gameiro a pase de Aspas y empate de Santi Mina, con penalti más que dudoso. Emery se reparte los tres resultados posibles en Liga ante Berizzo, pero el vasco sólo ganó en dos ocasiones de las seis que se enfrentó al club vigués.