El Sevilla comenzó mal, lo arregló después y cuando mejor se le puso el choque volvió a ceder terreno ante un Athletic que acabó aprovechando la poca constancia de los nervionenses, todo ello a pesar de un Nasri sensacional.
El Sevilla ha cosechado su primera derrota en Liga, después de protagonizar un partido irregular en el Nuevo San Mamés donde sólo llevó el peso del choque cuando iba por detrás del marcador. El Athletic fue mucho mejor en el comienzo, se adelantó por mediación de San José y mandó con claridad en la primera media hora. El Sevilla reaccionó con el marcador en contra y logró el empate en la reanudación. Sin embargo, cuando parecía que el partido se ponía de cara para dar el zarpazo, otra vez, como en el inicio del encuentro, los nervioneses cedieron el dominio a los locales y lo acabaron pagando.
Deja el Sevilla el Nuevo San Mamés con la sensación que cuando quiso pudo, con la salvedad de que quiso fundamentalmente cuando iba por detrás en el marcador. El Sevilla salía con un once muy renovado, con la novedad de Carlos Fernández en punta de lanza. El canterano apenas la olió en el primer tercio del choque. Ni él ni sus compañeros. El partido en el comienzo fue claramente del Athletic, que jugaba a placer y encerraba a los hombres de Sampaoli. El gol de los locales sólo era cuestión de tiempo y acabó llegando después de un saque de esquina mal defendido del que se aprovechó San José.
Tuvo que encajar un golpe el Sevilla para que por fin reaccionara. Nasri, que jugaba liberado y se movía por todos sitios, apareció entre líneas y comenzó a tejer fútbol. El equipo terminó bien la primera mitad y comenzó mejor la segunda. En la mayoría de las acciones estaba un Nasri lúcido en todo lo que hacía. El francés, de hecho, generó y culminó la jugada del empate, ratificando el partidazo que estaba haciendo. Con más de media hora del final y la moral alta, el partido no se podía poner más favorable.
Sampaoli movió el banquillo con la igualada. VItolo y Franco Vázquez salieron por Correa y Carlos Fernández. La idea era dar aún más presencia al centro del campo, usando a Franco y Nasri como falsos delanteros. Pero la teoría se quedó ahí, porque el Athletic, cuando recibió la igualada, de nuevo se hizo con el mando del choque sin apenas encontrar resistencia. A los vascos les valió con empujar un poquito para ponerse de nuevo por delante, esta vez con una jugada individual de Balenziaga, con autopase incluido a Mariano.
De nuevo en desventaja el Sevilla, ya con Vietto en el campo, tomó la iniciativa. Nasri, maravilloso en todo lo que hacía, tiraba de los suyos. Sarabia, tras un pase del francés, tuvo la igualada, pero apareció una mano salvadora de Kepa. El choque entró en su tramo final apasionante, con el Sevilla, siempre con Nasri al volante, buscando la igualada con determinación. Sin embargo, al encuentro le acabaron sobrando minutos, porque una desafortunada acción de Sirigu, que con el balón en las manos agredió a Aduriz dentro del área, acabó en penalti y roja directa para el italiano. Aduriz batió a Iborra, que hizo de improvisado portero, y el Sevilla acabó besando la lona en un partido de sube y baja en el que se llevó la peor parte.