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El Miércoles se salda con siete alcoholemias y 24 lipotimias

Día radiante a lo que procesionalmente se refiere. Tras el despropósito del año pasado, todas las hermandades de penitencia resolvieron como mejor saben su estación de penitencia.

Cuarta jornada de procesiones completada con éxito, euforia de las hermandades se plasman en el buen hacer sobre el adoquín, sin embargo, los tres años sin una plena Semana Santa ha provocado en el público el desentreno de muchos que, a estas alturas, muestran más cansancio del acostumbrado. Muchas ‘sillitas’ plegables se pudieron ver a lo largo de la geografía del centro histórico, objetos cargados por el demonio que provocaron, ayer más que nunca, más de un embotellamiento innecesario que crispó más de un nervio.

Cierto es que, en contraposición de la gran organización de las hermandades, se encuentra el mal hacer de su público y urbanismo. Paseos peatonales cortados que provocaban el desvío a calles dónde las cofradías se encontraban en pleno apogeo, despliegue indiscriminado de ‘sillitas’ y algún que otro malaje se hicieron patentes en la jornada del Miércoles Santo. Y no porque este día sea peor que otros, sino porque el cansancio aprieta y las cofradías del día suelen ir una detrás de otra en el itinerario.

En lo que a material cofrade se refiere, mencionar el acierto de la hermandad de las Siete Palabras de variar su recorrido por Baños por su 150 aniversario, todo ha sido halagos por la belleza del itinerario que podría pasar de extraordinario a cotidiano. Tan extraordinario que dos nazarenos despistados no recordaron que la salida de este año se anticipaba y se encontraron con San Vicente cerrado. Un San Vicente que presenció cómo la calle Virgen de los Buenos Libros lucía más apretada que años atrás en la entrada de su cofradía.

Aunque el día arrancó en Nervión a media mañana de la mano de la hermandad de la Sed, su barrio entero salió a saludarlo y a dar sus fuerzas para una estación de penitencia completa y sin sobresaltos. Atado a la cruz y con una expresión sobrecogedora, el Cristo de la Sed, combinó potencias y corona de espinas mientras dejaba estupefacto a todo aquel con el que cruzara la mirada. Su madre, la Virgen de la Consolación exhibió los ojos celestes más cristalinos de la ciudad.

Le siguió la de San Bernardo, otro imponente crucificado que nunca se encontró sólo con su séquito de más de dos mil nazarenos. El barrio recuperó su identidad tras el clasicismo elegante de sus pasos. Como dato anecdótico, uno de los candelabros de cola de la Virgen del Refugio se desprendió.

Siguiendo la estela de la cruz, el Buen Fin impuso poderío por la Plaza de San Lorenzo mostrando sus respetos a Jesús del Gran Poder, ya listo para su recorrido de esta noche. La Centuria acompañó delicadamente a este paso que quitó el sentido con sus andares. También reseñable el curioso palio de la Virgen de la Palma, la cual recuperó su marcha. Los ocho angelitos pasionarios lucieron sobre el inusual color de las bambalinas y aportaron una imagen renovada de la delantera de este paso.

Pocos misterios imponen tanto como el de la Lanzada que, acompañado con la Banda de las Tres Caídas, convirtieron en un verdadero espectáculo audiovisual su camino hacia la Catedral. Los rostros de la desesperación por la injusticia acaecida en este pasaje nunca causaron tanta emoción positiva en un pueblo. La Virgen del Buen Fin exhibió exultante un palio gótico que a más de uno dejó boquiabierto.

Rápido y firme fue la hermandad del Baratillo, la piedad yacía sobre una manta de claveles rojos que dejaban el rico aroma como rastro a seguir ajena a todos los flashes que provocó su estancia en la Plaza del Triunfo. Más atrás, la Virgen de la Caridad sorprendió con una revirá tan larga que la marcha de ‘La Madrugá’ tuvo tiempo para nacer y morir.

De nuevo, el monte del Calvario silenció las almas con la llegada del Cristo de Burgos a la Plaza del Pan. Poco coordinado este año en su entrada ya pues acostumbramos a que se haga la oscuridad en San Pedro, cosa que sucedió con el palio no con el Cristo. Un palio venerado por muchos que masificó la plaza de San Pedro con un repertorio de marchas dignas para la ocasión.

El Carmen Doloroso apaciguaba al impaciente con un séquito de 380 nazarenos. Las tres negaciones de Pedro rompían con la unidad del Crucificado y varió el menú ofrecido, Por último, Los Panaderos, sin polémicas de ninguna clase, despertó la euforia de todo aquel que presenciara su puesta en escena, muy distinta a sus compañeras de jornada. Una entrada espectacular que bien merecida tiene su fama. Pasan de las dos y media cuando por fin la Virgen de Regla se recoge recordándonos de que mañana será un día enorme por lo que el descanso se convierte en un imperativo para disfrutar de la jornada más larga.

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Imágenes de: Álvaro Ballén, Álvaro Ceregido, Ángel Espínola, Ángel Vílches, Candela Vázquez, Carlos Álvarez, Christopher Rivas, Elu Luceño, Laura Contreras, Mercedes Serrato, Miguel Arco y Pilar Delgado.

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Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....