Lunes Santo: No es lunes cualquiera

La ruta ‘jartible’ del Lunes Santo

Nos desperezamos y el Domingo de Ramos casi nos sigue pareciendo un sueño que apenas hemos rozado sutilmente después de estirar ambos brazos con todo nuestro empeño.

Lo efímero encierra esa idílica atracción por la que quisiéramos revivir esa jornada una y otra vez. Pero el resplandor que se filtra como alargando sus dedos entre las persianas nos devuelve de un golpe certero a la realidad, aunque con la ilusionante sensación de que hoy no será un lunes cualquiera.

El Lunes Santo estalla de buena mañana en el polígono San Pablo. Un revuelo de capas a la espalda de la Parroquia de San Ignacio de Loyola anuncia que ha llegado el día grande del barrio. Sus vecinos no dudan en arropar a los suyos en tan épica jornada y desde primera hora del día pasean lustrosos por los aledaños del templo. El imponente misterio de Jesús Cautivo y Rescatado inicia su recorrido sacando a los moradores de los edificios de las grandes avenidas sin prisa pero sin pausa para ponernos gracias a su titánico esfuerzo la primera en Campana.

Mientras el palio de Ntra. Señora del Rosario hace sonar sus bambalinas acompasadamente abduciendo a propios y extraños con el peculiar brillo de su verde mirada, la cruz de guía de Santa Genoveva abrirá la procesión por las angostas calles del Tiro de Línea antes de poner rumbo al Parque Mª Luisa. Otro barrio para el que la distancia no existe cuando se trata de fe. Otro barrio que deja el barrio atrás escoltando a sus titulares hasta el mismísimo umbral de la calle Rioja, reencontrándose con ellos horas después a la salida de la Catedral dispuestos a retornar a casa cuando la tarde aún no ha comenzado a caer.

Pero cuando la tarde aún achucha Santiago será una bulla. No cabe un solo alfiler desde la estrecha Ave María hasta Ponce de León. La calle Lanza entretanto es un hervidero de capirotes verdes y morados que se agolpan formando los tramos. El pueblo será testigo un año más de la traición de Judas a Jesús de la Redención cuando se abran los fríos portones de la iglesia del apóstol y el olivo atraviese definitiva y atropelladamente el dintel. El palio llegará después para calmar la afrenta del discípulo díscolo que vendió su dignidad por 30 míseras monedas. Su peregrinar será lento y pausado arremolinando en las esquinas al gentío sediento de ese bálsamo que nos ofrece en forma de Rocío.

Desde el barrio León y a golpe de corneta, un río de túnicas blancas galopa incesantemente con paso firme por el puente de Isabel II. El séquito trianero deja atrás el viejo arrabal para traernos a todos su majestuoso misterio y la finura y el candor de su Salud. Tras persignarse ante la capilla del Carmen, San Gonzalo avanza entre el bramido de tambores cigarreros y los aplausos que preceden cada levantá. En escasos redobles llegará a Sevilla, y allí la muchedumbre espera ensimismada, casi conteniendo el aire a cada zancada de los fieles peones de Garduño.

Cuando el reloj ronde las seis no será mal momento para sumergirse en la ciudad más íntima, llena de callejuelas y recovecos que desembocan en la parroquia de San Andrés. El tímido silbido de los pájaros se entremezclará con el fúnebre tañir de campanas de su torre. A la sombra de los naranjos podremos comprobar como en el público impera el silencio más súbito hasta que comience a alejarse con su larga cadencia la instantánea que Ortega Bru tallase para Sevilla. Largas filas de nazarenos nos anuncian la comitiva al sepulcro de Santa Marta, no habrá más color que el negro ni más sensación que el vacío al tiempo que vemos difuminarse al cortejo por la embocadura de Amor de Dios.

Caminando un poco, no muy lejos de San Andrés aún podemos sumirnos más en el sosiego, la muerte y las Tristezas de María. Vera Cruz es ese viaje al pasado que todo buen cofrade necesita para darse cuenta de que los nuevos tiempos no pueden con todo. La capilla musical y los rezos del rosario ponen el contrapunto al sigilo reinante y la cera verde de los cirios desgarrará la oscuridad de las recoletas callejuelas por las que discurre la cofradía, entre volutas de incienso que parecen resistirse a desaparecer.

Tenue fulgor en el Postigo. Al toque del llamador el misterio de Las Aguas se dispone a pasar el arco en una chicotá que eternamente se le dedicará a Juan Carlos Montes. A pocos metros de la capilla del Rosario el son de sus costaleros es más reposado que nunca y la banda parecerá tocar como si se acabase de echar a la calle. Con el palio de Guadalupe la dulzura llega revolviendo Almirantazgo dispuesta a encandilar a los presentes ante las notas de Pasan los Campanilleros, empapando de sones el castizo barrio del Arenal.

La dura noche se ha apoderado vilmente de todo y las calles parecen haberse despoblado como por arte de magia. La luna reina desde las alturas y se refleja por momentos en la plata y el carey de la cruz de Jesús de las Penas que ya marcha de vuelta a San Vicente. El tambor destemplado de Tejera rubricará la fuga del perfecto palio de María Santísima de los Dolores, una de las estampas más sobresalientes que puede componer el Lunes Santo hispalense.

La jornada se apagará bien entrada la madrugada, cuando Cristo exhale retorciéndose en la cruz vencido por la muerte ante la imponente fachada del Museo y su Madre, rota por el dolor que la inunda, solloce a la luz de su agotada candelería al compás de Virgen de las Aguas.

#DirectoCofrade de SevillaSanta.tv

Las conexiones en directo que van a tener lugar hoy gracias a SevillaSanta.tv serán:

San Pablo

Mediante @SA_Cofradias con la etiqueta #DirectoCofrade se avisará el inicio de cada emisión.

Galería de imágenes del Lunes Santo

[widgetkit id=64]