De ocre y gris pintaba las tardes Luis. El poeta que en Acetres nació velaba los sueños de la ciudad que odiaba porque no podía amarla mas en la distancia. Existe, desde Ocnos, la creencia de que ésta es una ciudad construida a base de casuales y hermosos errores. Aquel error de amor se llevó por delante el alma de José María Izquierdo que divaga por ciudad de la gracia durmiendo un justo sueño en la eternidad de los compases del tiempo.

Si el amor fuera dos cosas, una sería Paz. Desde las calles del Porvenir llega un Jesús Victorioso que enseña a llorar a todo el que mira y que limpia sus lágrimas con los jazmines que recoge a su paso por el parque que proyectó Anibal, y a la vez lleva en su cara el rostro de la alegría encarnada en la salvación del género humano. Es definitivamente una hermosa casualidad que el domingo sea el día del contraste. De la cara y la cruz. De la alegría que rompe con el alba y la tragedia que truena con la madrugada.

Al echar andar la primavera, Triana aprende a dar sus primeros pasos. Belmonte despide al Jesús henchido de penas y entrega su montera a una valiente moza dueña y señora de San Jacinto. Puede que sea cierto aquello de que Sevilla empezó a ser Sevilla en Triana, pero eso es otro tema; o no. Lo cierto es que cada adjetivo, cada cualidad es distinta al torcer cada esquina. El despojo del rabino es hermoso en Molviedro, donde el sol es atravesado por el incienso…y al abrir el hombre su sangre al sol  que entra desde el oeste, la vida empieza a fluir por la ciudad. Probablemente no existe otro lugar en este mundo -ni en otro- en el que el sol sea atravesado por la emoción que despide cada palmo de terreno. Las lágrimas de la virgen de los dolores son de verdad. Una virgen que es mujer plena que llora la ida del hijo que ha de morir y tiene que volver.

Está y se le espera. Se le quiere esperar. No creen en él en ocasiones, pero, quienes no creen y lo ven, quieren creer. El discurrir de los acontecimientos consuetudinarios sobrepasa la linea horizontal de la descripción literaria que trazara Romero Murube en su Sevilla en los Labios. La cuantía del tema sobrepasa todas las expectativas, dejó dicho el que escribía desde los tejados del Alcázar. Muerto viene el hombre por Correduría. Allá al huir de la Alameda en dirección a los callejones de la memoria, echa su cruz al suelo para cumplir una y mil promesas con su madre de la Hiniesta de testigo.

La inocencia infantil trae en su mano desde el Salvador queriendo entrar en Jerusalén ese hombre que nadie dijo que no naciera aquí. Probablemente vaya diciendo aquello que escribiera José Andrés Vázquez, Si vuestras almas no son como las de estos pequeñuelos, no entraréis en el reino de mi padre. Y al final del día, desde el mismo refugio de luz que presenta al señor inocente de Jerusalem, la tiniebla florece dando la mano a la mayor fe: la de la madre naturaleza. ¿Qué es en verdad la fe? La fe es creer en la acción del pelícano que abre su pecho dando su vida por sus crías. Si el Amor fuera descriptible tendría a buen seguro pocas palabras con las que describirlo y una imagen: el ave que mora a los pies de la cruz de un Dios esculpido por Juan de Mesa.

Mientras el dolor y la tiniebla sobrecogen almas, Anibal sigue allí, viviendo el sueño inerte a los pies de su magna obra. El arquitecto vive  del mirar a los ojos llorosos del hombre que recibe la cruz y que naciera en villa Soledad. La vida de la estatua del arquitecto es más vida por un corto diálogo con una reina de la paz que mora a dos calles de él. «Otra vez vos por aquí, cara María´´, parece decir el arquitecto a la Virgen de la Paz, y el sueño de Anibal se esfuma y es entonces, con el crujir trágico de la madrugada, cuando la Paz huye de la ciudad y solo queda Amargura atenuada por un dulce canto de monjas arrodilladas a los pies de María. Herodes vuelve a su palacio, impresionado por la veneración efímera de su particular andar. Jesús queda, entonces, en penumbra limpiando su sangre despojada de amor y paz en las calles de la melancolía. Y la ciudad; la ciudad se desmaya…

Nacido en 1989 en Sevilla. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y Máster en Tributación y Asesoría Fiscal por la Universidad Loyola Andalucía. Forma parte de 'Andaluces, Regeneraos',...