Durante los últimos años ha aumentado el estrés laboral de una forma alarmante. Tanto es así, que la OMS ha catalogado de “epidemia” este malestar, que afecta tanto a la salud física como a la salud mental de todos aquellos que lo padecen.

Algunas de las preocupaciones más frecuentes que pueden provocarnos esta sensación tan desagradable en nuestro día a día son el miedo a perder nuestro puesto de trabajo, las bajas remuneraciones, las dificultades de promoción y la falta de motivación.

El estrés laboral tiene la ventaja de que suele ser fácil de localizar: manifestaciones fisiológicas o psicológicas nos señalan que no nos encontramos bien en relación a nuestro trabajo. Si esto es así, podemos apoyarnos en las siguientes claves para combatir nuestro malestar:

La vida laboral no es la vida

Cada persona tiene sus propias parcelas y decide cuánta energía quiere poner en cada una de ellas. El estrés laboral, que puede estar provocado por una situación puntual que nos alarma, se incrementa cuando nos obsesionamos con nuestra faceta profesional, ponemos el foco en ella como si sólo pudiésemos mirar a través de un túnel, y dejamos de ver todo el paisaje que tenemos alrededor.

Cuidarse es siempre una prioridad

Cuando una circunstancia nos produce tensión, esforzarnos por reanudar hábitos saludables como comer y dormir bien, encontrar algo de tiempo para practicar ejercicio que nos libere y para adquirir pequeños hábitos que nos relajen (meditación, actividades que nos resulten placenteras, momentos de soledad), es básico para comenzar a encontrarnos mejor.

Cada cosa en su sitio

Organizar y delimitar los espacios (tanto físicos como mentales) es fundamental para lograr que el estrés no se traslade a todos los ámbitos de nuestra vida. El orden es fundamental para adquirir perspectiva, y la desconexión del trabajo cuando estamos realizando otra actividad en la que queremos centrarnos (apagar el teléfono móvil en determinados momentos…), nos ayudarán a no fomentar nuestro agobio.

Considera el apoyo de tu empresa

El estrés es la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea. Además, empeora el clima organizacional. Si trabajas en una organización y transmites tu problema, es posible que puedan ayudarte a través de la prevención de riesgos laborales, o facilitándote la cooperación de un coach que te apoye en estos momentos.

Cuenta con la ayuda profesional

Si tu malestar persiste, no dudes en contactar con un psicólogo especializado en esta área. Tu salud es lo más importante y un profesional es la persona indicada para ayudarte a recuperar tu bienestar.

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