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Sevilla pierde también el Festival Territorios

El Festival Joaquín Turina se va definitivamente de Sevilla

La cultura sevillana está de luto. La ciudad ha perdido en la misma semana dos eventos capitales de su programación musical, los Festivales Turina y Territorios.

Las circunstancias de la desaparición de uno y otro han sido muy diferentes, pero ambas han desatado una polvareda de reacciones en el sector de la Cultura y en los medios de comunicación.

Sin embargo, ¿está conmocionada la sociedad sevillana por la despedida? Parece que no demasiado. La pérdida del festival de música de cámara, único en su género, y del veterano Territorios, que se disponía a celebrar su XIX edición, será olvidada en pocas semanas. Vivimos en una ciudad que despide con aspavientos lacrimógenos el cierre de una churrería en el Arco del Postigo o vive con drama el descenso de un equipo de fútbol.

Pero Sevilla tiene mala memoria para recordar los grandes eventos culturales que dejamos por el camino. En 2009 dejamos de ser la sede de Womex, una importante feria de músicas del mundo. En pleno 2016, solo los juzgados que gestionan su concurso de acreedores se acuerdan de que Sevilla celebró tres Bienales de Arte Contemporáneo.

De nada sirve lamentarse, pero sí aprender la lección de por qué hemos sido incapaces de mantener estas dos citas en el calendario. La administración local se ha visto en esta “septimana horribilis” en el ojo del huracán. Los promotores privados de uno y otro festival han señalado como causas del cerrojazo la falta de apoyo público a sus iniciativas.

Como se indica más arriba las circunstancias del adiós del Turina han sido muy diferentes a las de Territorios. No podemos obviar que la falta de inversión institucional es uno de los males endémicos de la Cultura sevillana. Pero, esto no quita que los profesionales y también la ciudadanía debamos asumir nuestra parte de responsabilidad.

La crisis nos ha dejado valiosas lecciones. Una de las más evidentes es que el futuro de la Cultura pasa por la cooperación necesaria entre lo público y lo privado. La financiación de la Cultura está abocada inevitablemente a desarrollarse a través de modelos híbridos.

Esto no exime a los gobiernos de su obligación de dirigir las políticas culturales, pero también nos obliga a los profesionales a ser rigurosos en el desarrollo de nuestros proyectos y en pensar muy seriamente en su viabilidad.

¿Puede permitirse la ciudad mostrarse entusiasmada por acoger nuevas iniciativas culturales como el Festival Interestelar o la MonkeyWeek cuando ha dado sepultura a sus hermanos mayores? Tenemos que meditar muy seriamente nuestra respuesta evitando cargar el peso del muerto al contrario. Esta despedida es un fracaso colectivo de Sevilla como sociedad. Dejemos de ser plañideras y pongámonos a trabajar para que no vuelva a ocurrir.

Adrián Yánez es gestor cultural y periodista

Historiador y Periodista. Cuando era pequeño se dio cuenta de que lo suyo era contar historias. Le da igual si sucedieron en otro siglo o hace cinco minutos. En Sevilla le enseñaron a amar el mito, en...