El Valencia celebra su octavo título / LaLiga

El Valencia CF conquistó con brillantez la Copa del Rey, la octava de su centenaria historia, en el estadio Benito Villamarín al derrotar al FC Barcelona por 1-2 en una final muy emocionante, competida, culminada con los goles de Gameiro y Rodrigo Moreno y con la que los de Mestalla culminan una temporada fantástica con la espectacular clasificación para la Champions de la próxima temporada 2019-20 hace apenas una semana, y tras haber llegado a las semifinales de la UEFA Europa League.

Y eso que delante tenía al ‘Rey de Copas’, el FC Barcelona, con 31 trofeos en su vitrina, y que, además, llevaba seis finales consecutivas de este torneo. Pero todo principio tiene un final que se encargó de materializar un excepcional Valencia CF de Marcelino García Toral, quien, por fin, rompió también a nivel individual una pésima racha de resultados como entrenador ante los azulgranas a los que, hasta hoy, no había sido capaz de vencer después de veinte enfrentamientos.

El Valencia CF tuvo fe desde el inicio que se plasmó en una acción de pillería de Rodrigo en el minuto 5, quien aprovechó un mal despeje de Lenglet y, tras regatear al meta Cillessen, vio cómo Piqué, desde la misma línea de gol, evitó el 0-1. El FC Barcelona apenas inquietaba a Jaume, dominaba la situación, tenía el balón, pero nada más. Juego muy horizontal sin peligro. Todo lo contrario que los de Marcelino que, cuando llegaban al área azulgrana, metían miedo. Eran verticales. Y más cuando Gameiro se inventó un zapatazo impresionante que se coló en la escuadra del portero. Era el minuto 21 y el delirio se desató en las gradas del Villamarín.

Pero el espectáculo no había hecho más que comenzar, ya que el Valencia CF, muy seguro atrás, volvió a ser letal en ataque. Una contra rápida, Carlos Soler le gana en carrera a Jordi Alba, centra medido y Rodrigo, de cabeza, marca el 0-2, su quinta diana en Copa que desembocó en un éxtasis máximo de los aficionados que recordaron lo de ‘sí se puede, sí se puede’. Claro que sí. Sólo al final del primer tiempo Jaume tuvo que intervenir de forma magistral, primero a un remate de Messi, y segundo a otro de Rakitic. Sensacional el portero de Almenara, quien transmitía

mucha tranquilidad bajo palos.

Tras el descanso Guedes, en el minuto 48, hizo temblar los cimientos azulgranas. Lástima que su potente chut saliera ligeramente desviado. Habría sido la puntilla, aunque en el 55 Messi lanzó al palo y, en el rechace, Arturo Vidal remató muy alto. Una nota negativa dentro de la alegría lógica por la victoria llegó pasada la hora de juego cuando Parejo, el gran capitán, tuvo que ser sustituido por un problema muscular. Su nombre fue coreado por todos los valencianistas mientras Kondogbia asumía su papel en el campo.

La emoción aumentó por momentos y más cuando Messi recortaba distancias en el minuto 72. Era un partido jugado de poder a poder entre dos equipos con objetivos diferentes. El Valencia CF, a toda cosa, mantener la renta y el FC Barcelona lograr el empate. La afición se volcó con los suyos, les dio las fuerzas de donde ya no había. Pasaban los minutos y nada se movía, sólo la tensión por lo incierto del resultado. Y ya no se movió. El Benito Villamarín se hizo Mestalla y se festejó por todo lo alto este octavo título de Copa.