Hermandades piratas. Así es como la Sevilla cofrade nombra a esos grupos de cofrades que no se encuentran bajo el paraguas de la iglesia. Unos grupos que proliferan en los barrios de la periferia y que actúa exactamente igual que cualquier cofradía que procesiona en los días de Semana Santa.
Dan culto a sus imágenes en oratorios particulares, bajos de viviendas o incluso garajes adaptados como unas capillas que se muestran como la ilusión de una barriada o una zona de la ciudad por levantar una cofradía, pero que se encuentran con las puertas cerradas de su parroquia, viéndose obligadas a erigirse como asociaciones civiles ante la negativa de la mitra.
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