Celebración derbi

La palabra derbi es sinónimo de infinita felicidad en Nervión en los dos últimos años. Sin embargo, el conjunto sevillista busca borrar el optimismo de las goleadas y concentrarse en las necesidades reales del duelo.

Los locales en esta ida de octavos de final de la Europa League no quieren oír hablar de los dulces noviembres de 2013 y 2014. En un magnífico momento de regeneración y recuperación, justo a tiempo de cumplir con los objetivos, el derbi puede ser un arma de doble filo para el equipo de Unai Emery, tan capaz de espolear a los suyos hacia un sprint final repleto de moral como de sumergirlo en una depresión que soterre los méritos cosechados.

Por ello, el Sevilla trata de aferrarse a la reciente máxima de su entrenador. Concentrarse únicamente en lo que pase sobre el campo, olvidando las anteriores rachas, así como los precedentes en los duelos ante el eterno rival y la desastrosa clasificación del mismo en la Liga. “No hay favoritos. El Betis está en un buen momento. Va a ser una eliminatoria muy igualada. Será difícil”, ha asegurado un Emery cauteloso tras ganar al Almería en la misma línea cautelosa en la que se han expresado sus jugadores.

Y es que este derbi será muy diferente a los demás, pues habrá un partido de vuelta que permita solucionar los errores de la vuelta, convirtiéndolo en más proclive a las especulaciones. Pese a la evidente superioridad local, las salidas en tromba del Sevilla podrían convertirse en contraproducentes al mínimo error ante un Betis que empieza a competir y cuyo gol contaría como doble en caso de empate.

Nadie piensa en goleadas ni quiere hacerlo. “Es una eliminatoria a doble partido y no se va a decidir para nada en la ida. Tenemos que intentar conseguir la máxima ventaja posible, pero debemos estar preparados también para sufrir. Es lógico que exista esa euforia en la afición por los dos antecedentes en casa, pero debemos respetar al máximo al Betis, porque llega en una buena línea”, ha explicado el titular europeo Javi Varas, consciente del desgaste que puede suponer esta eliminatoria como el club, una opinión que ha compartido hasta el mismísimo presidente de la entidad, José Castro.

De todos los protagonistas, sólo Beto ha reconocido abiertamente la condición de favorito, la cual prácticamente no se discute si observamos las prestaciones del equipo. La precaución y la abstracción del contexto favorable es la norma con la que afronta la entidad esta histórica eliminatoria que modificará el comportamiento en el decisivo tramo de la competición liguera, y que podría abrir definitivamente el grifo de la ilusión en la competición que más gloria deportiva le ha regalado al Sevilla al mismo tiempo que cortaría de raíz los síntomas de vida en el Betis.

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