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Berjano promete un ‘pregón de Iglesia’

Los mejores momentos de los pregones de la Semana Santa

Quico Berjano pronunció un pregón vivencial, cristiano, atípico en estructura y muy de la Vera-Cruz.

Tras la marcha Virgen de La Paz, la elegida por el pregonero, y la presentación de Gregorio Serrano, se produjo el indispensable momento de Amarguras, antesala de la personal visión del magistrado sobre la Semana Santa, las cofradías y la Fé.

Ha sido un pregón no muy extenso en tiempo, cuantioso en contenido, prolífico en vivencias y con una estructura poco habitual que se vió interrumpida por espontáneos aplausos del público.

Francisco aludió durante su pregón en numerosas ocasiones a la Hermandad de la Vera-Cruz, de la que es su actual Hermano Mayor, y a la de La Paz, a la que pertenece por vecindad; de hecho, fué con una referencia a la cofradía del Porvenir con la que el pregonero comenzó y finalizó, desechando así el clásico «he dicho» que suele concluir este tipo de glosas.

Berjano presentó un texto muy catequético, cargado de doctrina religiosa y de cómo entiende él que esta debe cristalizar en las cofradías o la Semana Santa. Afirmó reivindicar el término Caridad, incidió en la formación cristiana y reclamó cierto activismo religioso o un mayor compromiso cristiano por parte de los cofrades, los cuales no deben quedarse en la superficie, según el pregonero.

Intercaló pasajes muy conservadores con aspectos personales sobre su familia, hermanos de sangre o de hermandad, vivencias infantiles, costaleriles…

El texto en prosa, en el que de vez en cuando deslizaba algunas rimas, no estaba confeccionado para hacer las típicas «pausas» que muchos pregoneros preparan para arrancar el aplauso. Esta atípica estructura a ratos resultaba muy narrativa y a ratos algo densa pues se sucedían muchos mensajes de distintos tipos sin espacio para que el público los asimilara. La ausencia de versos también provocó un efecto de extrañeza aunque para un público como el del pregón, que en ocasiones se ha visto obligado a soportar rimas de perogrullo y más de un ripio desafortunado, tal vez ha sido preferible la sincera prosa de este pregonero.

La Cruz verdadera

Como hermano de la Vera-Cruz, Berjano destacó en su pregón la figura física y espiritual que la Cruz debe suponer para los cristianos. En referencia a ella habló de sufrimientos generales y concretos. Ensalzó el ejemplo de su mujer, quien debía seguir el pregón por el texto escrito debido a una patología auditiva, y como a pesar de eso es siempre solidaria y consuelo de todos los que la rodean. También recordó a un compañero de trabajadera que es invidente y como se asombró de su percepción de la Semana Santa. Recuerdo para un grupo de invidentes que cada año visita la sede de la Vera-Cruz y como vive él ese día. Todo para el pregonero eran muestras vivientes de las cruces que la vida asigna y como Dios les ayuda a sobrellevarlas.

El pregón de los Papas

En su pregón, Francisco Berjano hizo muchas referencias a Juan Pablo II y el actual Papa Francisco. Del primero recordó sus visitas a España y Sevilla concretamente; del segundo destacó su ejemplo, sus encíclicas diarias que para el pregonero se encuentran en cada gesto. Refirió que las llaves del Papa son para abrir puertas, no para cerrarlas, lo cual arrancó una espontánea ovación del público del teatro.

Quico Berjano recordaba esa frase tan sevillana de que todo cofrade lleva dentro su pregón; él esta mañana le entregó a Sevilla el suyo.. Ha podido gustar más, ha podido gustar menos, se estará más o menos de acuerdo, pero no puede negarse que ha sido eso, el suyo.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...