Pregón Triana 2016

El pregón contó con varias intervenciones musicales por parte de la Banda de Música del Maestro Tejera y dos saeteros ante una Iglesia de Santa Ana abarrotada.

El reloj marcaba las 9 de la noche cuando la delegada del distrito de Triana, Carmen Clarisa, comenzó a presentar al pregonero destacando que “Triana es lo que son sus gentes” y la importancia de la Iglesia de Santa Ana como “la Catedral de Triana”. La lectura, la poesía y la trayectoria trianera del pregonero fue lo que pronunció con más énfasis en su presentación, que culminó con la rotunda frase: “Triana te espera”

La marcha que eligió Juan Manuel labrador para introducir su pregón fue Triana, tu Esperanza de José de la Vega. Labrador dedicó sus palabras al periodista recientemente fallecido, Fernando Carrasco. Tras esto, comenzó describiendo la salida de la Esperanza de Triana y su recorrido de vuelta a la Capilla de los Marineros desde la Iglesia de Santa Ana. Se notó la experiencia periodística y literaria del autor, que ofreció descripciones con todo tipo de detalles durante todo el pregón.

Tras los primeros aplausos por los versos dedicados a la Virgen de la Esperanza, el pregonero recordó estampas típicas de la Cuaresma en Triana a través de los bares y rincones cofrades más conocidos del arrabal. También tuvo palabras para personajes que todo el mundo es capaz de reconocer en la Semana Santa, como el nazarenito que afronta con ilusión su salida procesional o el monaguillo repeinado, que todo cofrade es capaz de imaginar.

A esto le siguieron unos versos emocionados a la hermandad de San Gonzalo, de la que Labrador es hermano, y al Barrio León.

Posteriormente llegó la primera de las sorpresas de un pregón, que estuvo plagado de ellas. En una perfecta coordinación con el pregonero, la banda del Maestro Tejera comenzaba a tocar compases de la marcha El Cachorro, Saeta Sevillana, mientras este dedicaba unos versos al cruzificado de la Calle Castilla.

Fue un pregón en el que los recuerdos del autor tuvieron mucho protagonismo. De esta forma Labrador rememoró el paso de la Hermandad de Las Cigarreras por el Puente de Triana y mencionó con cariño a las hermandades trianeras que hoy ya no lo son: la de Los Gitanos, Las Aguas y San Benito. “Triana no olvida que en el barrio se fundaron” con esta frase volvió a provocar el aplauso de los asistentes.

La segunda sorpresa de la noche llegó cuando Juan Manuel Labrador pronunciaba unos versos dedicados al Cristo de las Tres Caídas, de la Esperanza de Triana. Era entonces cuando sonaba el repique suave de un tambor y una voz irrumpió desde la trasera de las bancadas en forma de saeta. El periodista innovó sin perder el clasicismo de un pregón, que ya no era solo suyo.

Para referirse a la Hermandad de la O, Labrador comparó a los niños a los que ayuda esta hermandad con la candelería del paso de palio de su Virgen. Ensalzó de esta manera el proyecto Esperanza y Vida que realiza esta cofradía en beneficio de las embarazadas con menos recursos económicos.

Otra descripción, esta vez de la vieja Triana, formó parte del pregón cuando se presentó otra sorpresa musical. La banda de Tejera tocó una pieza de capilla musical para referirse a la hermandad de silencio del barrio, la de Pasión y Muerte.

La Estrella tomó el protagonismo de una forma muy especial pregonero, que recordó a varios familiares vinculados a la hermandad.

Acto seguido, Labrador volvió a referirse a la hermandad de San Gonzalo predicando la coronación canónica de su Virgen en 2017. En ese instante apareció otra saeta desde la parte trasera de la bancada. Fue una voz masculina con mucha fuerza, que provocó lágrimas de emoción en algunos de los asistentes.

Los últimos momentos del anuncio de la Semana Santa de Triana se basaron en una descripción poética y muy completa de la imagen de la Esperanza de Triana en la madrugada del Viernes Santo. Estos versos se entralazaron con el trío de la marcha La Esperanza de Triana, de Manuel López Farfán.

Pero el pregón no terminó aquí. Juan Manuel Labrador volvió a predecir la coronación canónica de la Virgen de la Salud con unos versos que levantaron un ole de los que suenan en Sevilla. La música siguió acompañándole con el trío de la marcha Pasan los Campanilleros, también de Manuel López Farfán. Entonces sí terminó la exaltación de la Semana Santa trianera con una ovación que puso al público en pie, pero que no abandonó su sitio hasta que la banda de música terminó de interpretar los himnos de Andalucía y España.

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