La tasa interanual del IPC en el pasado mes de abril ha confirmado un repunte en los precios de consumo españoles que, aunque moderado (tan solo se trata de un aumento de seis décimas con respecto al mes de marzo), demuestra cierta continuidad en lo relativo a inflación.
En comparación con el mes de abril de 2022, sin embargo, este repunte es más notable, siendo de ocho décimas.
De acuerdo con distintos análisis del mercado, se estima que esta subida en la tasa interanual del IPC, en contraste con abril de 2022 y el marzo de este año por igual, se debe al encarecimiento de distintos productos, destacando carburantes, prendas de ropa incluyendo calzado y alojamiento, paquetes turísticos y restauración.
En lo que respecta al sector alimentario, por otra parte, se han percibido subidas de precio en el azúcar y la leche.
Mientras tanto, legumbres y hortalizas han bajado su precio a la par que la subida de carnes, cereales, pan, aceites, grasas, huevos y lácteos ha sido menos pronunciada que la que se dio en el pasado 2022.
En definitiva, el mercado de bienes de consumo sigue marcado por la inestabilidad y la inflación, aunque determinados indicadores son muestra de una ligera mejoría en distintos aspectos.