Enclavada en el corazón de la provincia de Sevilla, las Cascadas del Huéznar son un Monumento Natural situado entre los municipios de Alanís y San Nicolás del Puerto, ideal para los amantes de la naturaleza y los entusiastas del turismo sostenible.
El monumento se distingue por su travertino de río, una formación geológica única que se extiende a lo largo del tramo medio de la Ribera del Huesna. Este travertino, un depósito carbonatado sobre el cauce, crea una franja de unos 15 metros entre las orillas, donde se despliega un sistema de cascadas adornado por un exuberante bosque galería.
El origen de estos travertinos se remonta a la deposición del carbonato cálcico presente en las aguas sobre la materia orgánica circundante, principalmente de origen vegetal. Este proceso geológico, que ha perdurado a lo largo de milenios, no solo ha dado forma a las cascadas, sino que también ha preservado valiosa información sobre la historia geológica de la región, revelando secretos que se remontan a más de 30.000 años atrás.
La Ribera del Huesna, hogar de la Cascada del Huéznar, es una de las zonas más emblemáticas y mejor conservadas del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. Además de los árboles que bordean el río, como sauces y fresnos, la zona alberga una variedad de especies vegetales, como el madroño, el durillo y el arrayán.
En cuanto a la fauna, la Cascada del Huéznar es un refugio para una rica variedad de especies, entre las que destacan la garza real, el mirlo acuático, el martín pescador, el azor, la nutria, el galápago leproso y la trucha, entre otras. Este ecosistema diverso y próspero atrae a observadores de aves y amantes de la vida salvaje de todo el mundo.
Para los aventureros que desean explorar este paraíso natural, la Vía Verde de la Sierra Norte ofrece una ruta accesible que conecta con municipios cercanos como Constantina y Cazalla. Este antiguo trazado ferroviario, ahora acondicionado para caminatas y paseos en bicicleta, ofrece vistas impresionantes y una experiencia inolvidable.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el baño está prohibido en las cascadas, a pesar de que no es extraño ver a bañistas disfrutando del agua. Para aquellos que deseen refrescarse, la playa de San Nicolás, aguas arribas del monumento natural, es el único lugar habilitado para el baño, garantizando así la preservación de este frágil ecosistema.