En Triana se encuentra la Iglesia de Santa Ana, la más antigua de Sevilla y conocida como la «Catedral de Triana». Fue fundada en 1266 por el rey Alfonso X el Sabio y construida tras la conquista cristiana de la ciudad. Simbolizó el inicio de una nueva etapa, convirtiéndose en el primer templo cristiano erigido desde cero en Sevilla, sin aprovechar estructuras islámicas previas.

Un encargo real

La historia de la iglesia se remonta al siglo XIII, cuando Alfonso X ordenó su construcción en agradecimiento a Santa Ana por haberlo curado de una grave enfermedad en los ojos. El monarca, conocido por su devoción, decidió establecer en Triana un lugar de culto dedicado a la santa. La iglesia fue levantada en un estilo que mezcla elementos góticos con mudéjares, representando la transición entre ambos estilos y las influencias culturales en una Sevilla que apenas comenzaba a asentarse como una ciudad cristiana tras siglos de dominación musulmana.

Gótico-Mudéjar

La arquitectura de Santa Ana es una joya del gótico-mudéjar andaluz, con características que hoy en día continúan fascinando a expertos y visitantes. El exterior de la iglesia presenta una sobria fachada de ladrillo, en la que destacan un rosetón gótico y un portal decorado con arquivoltas apuntadas, elementos propios de la época. En el interior, la iglesia posee un espectacular artesonado de madera en el techo y detalles decorativos de cerámica, lo que le da ese aire mudéjar tan característico de la arquitectura sevillana.

La planta de la iglesia, de tres naves, es de una belleza simple y elegante. La capilla mayor, de estilo gótico, destaca por su retablo en el que se representan diversas escenas de la vida de Santa Ana y la Virgen María. Este retablo, una de las grandes joyas de la iglesia, está realizado en madera tallada y policromada, y es un símbolo de la devoción que Triana siente por Santa Ana.

El papel de Santa Ana en la vida de Triana

La Iglesia de Santa Ana ha sido, y continúa siendo, un lugar fundamental para los habitantes de Triana. Cada año, el 26 de julio, día de Santa Ana, la iglesia se convierte en el epicentro de una gran celebración en honor a su santa patrona. Este día reúne a vecinos y visitantes en una emotiva procesión que recorre las calles de Triana, honrando a Santa Ana y renovando una fe que ha trascendido siglos.

Restauraciones y conservación

A lo largo de los siglos, la iglesia ha pasado por diferentes restauraciones que han preservado su estructura y su patrimonio artístico. La primera gran restauración tuvo lugar en el siglo XVII, y desde entonces, ha sido cuidadosamente mantenida para evitar el deterioro propio de su antigüedad. A pesar de las numerosas intervenciones, Santa Ana ha logrado mantener su esencia original, permitiéndonos hoy apreciar sus detalles históricos casi como lo hacían los primeros trianeros que entraron en ella.