- Cartelera de Berthelot en el Laboratorio Municipal de Sevilla
- Calle Abulcasis (I)
- Calle Abulcasis (y II)
Perteneciente al barrio Encarnación-Regina del distrito Casco Antiguo (41003), esta corta vía de tan solo 63 m discurre entre las calles Gerona y San Felipe llevando rotulada así desde finales de 1869 cuando sustituyó a un liberal asesinado antes de la batalla de Alcolea, un tal Vallín, que había sido homenajeado con ella unos meses antes de ese mismo año. Un corto reconocimiento callejero sin duda, si bien por otro lado, desde finales del siglo XVIII y toda la primera mitad del XIX fue conocida con el nombre de Huebos, tal como refleja un pequeño azulejo original de Olavide de 1771. Una denominación, la de Feijoo, que sin embargo en un nomenclátor de 1937 figura como Fray Benito Feijoo, estas cosas pasan, aunque habría que destacar que mientras se llamó Huebos, en una zapatería ubicada en ella trabajó durante diecisiete años, desde los 12 a los 29, la joven Ángela Guerrero González que quizás no le suene pero hoy es Santa Ángela de la Cruz, Madre de los pobres. Una sevillana calle con intrahistoria religiosa pues. Pero volviendo a lo nuestro y como ya sabrá, el nombre actual de la vía es en honor del polígrafo religioso benedictino orensano Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (1676-1764).
Padre Feijóo
Al que se considera introductor del género ensayístico en la literatura española reconocido por su profundo pensamiento crítico, un miembro destacado de lapre Ilustración Española (1737-1769) y una figura señera de la Ilustración. En casi todos sus textos -colecciones de opúsculos polémicos a los que llamó discursos(de discurrir o disertar libremente), o ensayos en otras circunstancias- aborda diversos temas que van desde la ciencia, el empirismo y la crítica a las pseudociencias; hasta la religión y las creencias irracionales; pasando por la filosofía y la teología.
En ellos refleja una actitud racional y empírica alejada de la superstición y el dogmatismo de su época, promoviendo el uso de la razón y la observación como herramientas fundamentales para el avance del conocimiento. Feijóo cuestiona las creencias arraigadas y fomenta el espíritu crítico entre sus lectores y para ello se mantiene al tanto de todas las novedades europeas sea en ciencias experimentales (física, biología, medicina) o sociales (historia natural, educación). Lo que se dice un adelantado a su tiempo, un progresista que sin embargo en el campo de la educación no llegó a teorizar reformas concretas en línea con su implícito progresismo, basado en principios racionales y científicos. Y en el de la filosofía se decanta por el empirismo de Francis Bacon y su Novum Organum (1620), coqueteando con el eclecticismo y el escepticismo; entre otros autores que cita, además de Bacon, están Isaac Newton, Pierre Gassendi, René Descartes, Robert Boyle o John Locke. ‘A quien no persuadieren la experiencia y la razón, no ha de convencer la autoridad’.
Originales contribuciones “feijoanas”
A modo de esquema de las novedosas contribuciones intelectuales de este significativo pensador del siglo XVIII en España, le enumero: 1) Crítica a la superstición; 2) Divulgación de conocimiento científico; 3) Defensa del método científico; 4) Promoción de la educación; 5) Crítica a las pseudociencias. A lo que debemos añadir su incurable e inagotable curiosidad por (casi) todo, un estilo literario llano y atractivo, y el hecho de someter todos sus juicios a la ortodoxia católica pues en su opinión el escepticismo científico, clave para la construcción de una comunidad ilustrada que, al estar dedicada al conocimiento del mundo físico, no amenaza la religión católica ni el incipiente despliegue del Estado moderno; para él, ciencia y religión o razón y fe son compatibles.
Aunque escritor tempranero Feijóo no empezó a publicar hasta 1725, con cincuenta años ya, cuando aparece su primer ensayo, ‘Aprobación apologética del escepticismo médico’, al que siguen el resto entre las que destacan sus dos grandes obras enciclopédicas y donde toca todo tipo de materias.
Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas
La primera obra está integrada por ocho volúmenes (118 discursos), más uno adicional (suplemento), publicados entre 1726 y 1740 y donde el término “teatro” ha de entenderse con la acepción, algo obsoleta quizás, de “panorama o visión de conjunto”; y la segunda por cinco volúmenes (166 ensayos, más cortos), publicadas entre 1742 y 1760. A las que habría que añadir, además de un tomo extra de Adiciones que salió a luz con posterioridad, 1783, su copiosa correspondencia privada inédita hasta hoy. En estas obras se concentra el grueso de su vasta producción, donde diserta sobre medicina, matemáticas, física, astronomía, geografía, historia, filosofía, teología, moral, literatura o lingüística. Por ejemplo, escribió de óptica y oftalmología tanto en su Teatro crítico (tomo II, discursos 2º y 14º; tomo III, discursos 2º y 7º; tomo V, discurso 5º), como en sus Cartas eruditas (Tomo III, carta 16ª; tomo IV, cartas 4ª y 26ª). A la vez que evidencia sus conocimientos en anatomía, fisiología ocular, la retina o el nervio óptico, señalando enfermedades como la presbicia o la gota serena (probablemente el actual glaucoma).
Tendría que confirmarlo, pero parece ser que el padre Feijóo adquirió el primer microscopio que se compró en España (Marañón, dixit), instrumento por cierto que, al igual que el madrileño polímata, cuenta con calle en Sevilla. ‘Los ignorantes, por ser muchos, no dejan de ser ignorantes. ¿Qué acierto, pues, se puede esperar de sus resoluciones?’.