- La reapertura de la mina de Aznalcóllar afronta la autorización ambiental
- Las primeras actuaciones en la mina de Aznalcóllar, fijadas a principios de 2025
El consejero de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela, explicó este viernes en Canal Sur Radio los avances y obstáculos en el proceso de reapertura de la mina de Aznalcóllar, cerrada en 2002 tras el desastre ecológico de 1998 por la ruptura de una balsa de residuos tóxicos operada entonces por la empresa Boliden.
El proyecto cuenta ya con la Autorización Ambiental Unificada (AAU), un paso previo necesario para continuar con el informe de impacto ambiental. Según Paradela, el procedimiento está en una fase clave, en la que deben resolverse las alegaciones presentadas durante el proceso de audiencia pública. Una vez solventadas, la Delegación Territorial elevará una propuesta de autorización a la Dirección General de Minas. Si se aprueba, podrán iniciarse los trabajos de preparación para la reapertura.
Suspensión temporal por recurso ecologista
En agosto, la autorización ambiental estuvo temporalmente suspendida tras un recurso de Ecologistas en Acción. Esta organización denunció supuestos incumplimientos, como la falta de información pública adecuada, omisión de evaluaciones ambientales necesarias y riesgos asociados al vertido de aguas tóxicas al Guadalquivir. Según los ecologistas, el proyecto implicaría liberar más de 85.000 millones de litros de agua contaminada con metales pesados, lo que afectaría gravemente al medio ambiente, especialmente en zonas protegidas como el estuario del Guadalquivir.
Finalmente, la Junta resolvió el recurso y desestimó las reclamaciones, calificando la suspensión como «temporal» y asegurando que no afecta la viabilidad del proyecto.
La reapertura de la mina prevé la creación de 2000 empleos directos e indirectos y la extracción de 45 millones de toneladas de cobre, zinc y plomo durante 17 años. No obstante, el proyecto sigue siendo muy polémico. Mientras la empresa Minera Los Frailes promete infraestructuras avanzadas para tratar aguas contaminadas y minimizar riesgos, los ecologistas insisten en que estas garantías no se han cumplido hasta ahora, señalando que la antigua depuradora de la mina lleva inoperativa desde 2015, lo que ha provocado vertidos descontrolados al río Guadiamar.
Posiciones enfrentadas
Por un lado, la Junta defiende que la reapertura contará con todas las garantías ambientales y que no habrá vertidos tóxicos al río. Por otro lado, los ecologistas desconfían de estas promesas, argumentando que ya se han incumplido condiciones previas y que los riesgos para el medio ambiente y las comunidades locales son demasiado elevados.
El debate sobre la mina de Aznalcóllar continúa enfrentando intereses económicos y laborales con preocupaciones ambientales y de sostenibilidad.