La Asociación Coheteros, avalada por la Universidad de Sevilla (US), lanza el día 8 de diciembre el Cohete Naos, un nuevo diseño experimental de 2,20 metros de altura, 80 centímetros de diámetro y 7 kilos de peso que forma parte de un proyecto universitario elaborado por ingenieros y estudiantes de distintas ramas, entre ellas la aeroespacial. El lugar elegido para el nuevo lanzamiento es un pago de tierra calma muy cerca de Arahal pero en término municipal de Carmona, donde están citados ya, no sólo los participantes del proyecto, sino los aficionados y apasionados del espacio.

Jesús Sáez cuenta que el diseño de cohetes comenzó como un hobby. Es ingeniero aeroespacial y realizaba este tipo de proyectos en su tiempo libre. Su hijo, Álvaro Sáez, era testigo de los cálculos y el trabajo de su padre en este sentido y, siguiendo sus pasos, estudió Ingeniería Aeroespacial en la Escuela de Ingenieros de Sevilla ETSI.

Fue tan definitoria la elección que, cuando llegó el momento de hacer su Proyecto de Fin de Carrera tuvo claro a qué lo dedicaría: el diseño de un cohete espacial y experimental. «Fue entonces cuando contó a los profesores la historia de la asociación que sólo formábamos los dos y, a partir de ahí, comenzamos las conversaciones con la Universidad para recibir su apoyo», apunta Jesús.

Así es como se inició una trayectoria que tiene ya un recorrido de 15 años. En la actualidad, la asociación la componen 62 socios donde hay estudiantes de todo tipo de ingenierías (industrial, aeroespacial), Telecomunicaciones, incluso Marketing y Comunicación, estos últimos son los que se ocupan de grabar y editar los vídeos y las fotografías y de gestionar las redes sociales, un perfil de Instagram actualizado que definen como ‘Cohetería Experimental’. Es la única asociación de este tipo en Andalucía, hay solo varias en España (Madrid, Vizcaya, Valencia, Barcelona).

Cohete propulsante sólido

El proyecto que llevarán hasta el entorno del cortijo de la Basquilla de Carmona el próximo domingo 8 de diciembre, es un cohete propulsante sólido, llamado Naos. Mide 2,2 metros, 80 centímetros de diámetro y pesa 7 kilos. Después del lanzamiento, prevén que alcance una altura máxima de entre 500 y 550 metros. Es una versión mejorada de otro cohete que lanzaron cerca de Aznalcóllar hace unos meses.

El lanzamiento está previsto para el día 8, a las 11 de la mañana. Previamente, han tenido que pedir permiso al propietario del terreno donde se lleva a cabo el evento y a los de las tierras circundantes. También solicitan otro permiso a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) que coordinan desde Morón de la Frontera.

Una hora antes tienen que cerrar el acceso a la finca, el punto exacto del lanzamiento está a un kilómetro y medio de la carretera que une Arahal con Carmona. El aforo previsto es de 150 participantes. Los organizadores montan en el lugar una rampa y los equipos correspondientes para tomar las medidas del experimento. Porque los ingenieros que forman parte de la Asociación Coheteros lo hacen todo, el paracaídas, el motor, el propulsante, el montaje electrónico, la telemetría que recoge los datos vía radio, los estudios aerodinámicos y hasta la carcasa.

«Este modelo es una versión mejorada en cuanto al punto de vista electrónico, la inyección del paracaídas es también diferente», explica Jesús Sáez. El cohete tiene un tiempo de vuelo corto y su propulsión es de tres segundos y medio. Sube durante dos o tres minutos y cae en paracaídas para no perder el material. Además, el cohete lleva incorporada una cámara que graba las imágenes con las que después editan el vídeo del lanzamiento.

Proyectos altruistas

Después del lanzamiento, el área electrónica del cohete recoge los datos del vuelo que se analizan para la mejora de diseños posteriores. Los proyectos son financiados por la Universidad de Sevilla y algunas empresas colaboradoras que trabajan en el sector aeroespacial encargadas de aportar el material necesario.
Y son proyectos altruistas, la única intención de los estudiantes es aprender y que los conozcan. Cada proyecto tiene un presupuesto de 1.500 a 2.000 euros. Pero son incontables las horas que le echan a su diseño y montaje, gastos que nunca forman parte de los datos económicos. Un garaje privado es su espacio de trabajo, aunque está previsto que la Universidad de Sevilla habilite pronto un lugar para que estos proyectos crezcan y se conviertan en referentes para los estudiantes de todas las ingenierías.