Sin duda el pensamiento de Vives es uno de los máximos exponentes del humanismo renacentista, al tratar de rescatar el pensamiento de Aristóteles descargándolo de las interpretaciones escolásticas medievales y sustentándolo en una ética inspirada en Platón y los estoicos. Pero sin plantear teorías de altos vuelos, no perdamos de vista que él es un hombre ecléctico y universalista, innovador en múltiples materias filosóficas, teológicas, pedagógicas y políticas. Un pacifista por otro lado que propone acciones en favor de la paz internacional, la unidad de los europeos y la atención a los pobres.

Obras y pensamientos. Actitud científica

Dado su planteamiento ecléctico y gran independencia de pensamiento, su actitud no puede ser otra que la crítica aristotélica, si bien con un medido respeto pues su intención es la de acercarse a su espíritu de atención y observación de la Naturaleza, con un claro rechazo a su principio de autoridad. Un procedimiento que, en epistemología, refiere la locución latina magister dixit, por el que una proposición científica se acepta sin más, por el mero hecho de estar afirmada en un texto considerado como cierto y no sujeto a debate científico. Para Vives nada de invocar la autoridad por la autoridad misma, él en esta línea de pensamiento proclama el método empírico, estimula el espíritu de observación y verificación, y siempre bajo el dominio de la razón se vale en numerosas ocasiones de la inducción lo que le convierte, en cierto modo, en un precursor del empirista filósofo y científico inglés Francis Bacon (1561-1626), al formular prácticamente el método inductivo. “de un grupo de hechos aislados, el espíritu formaba una ley universal, que con el apoyo y confirmación de otras varias, era considerada como permanente y verdadera”, De disciplinis (1531).

Padre de la psicología moderna y la antropología

Estamos ante el origen de las artes y las ciencias, divididas por sus fines más que por sus materias, al ocuparse de los estudios en Gramática, Retórica, Dialéctica, Filosofía Natural, Medicina, Matemáticas o Filosofía Moral, si bien sus principales aportaciones están en el área de la psicología, sobre todo en el tratado De anima et vitae (1538), que le ha valido el calificativo de “padre de la psicología moderna”. No en vano su enfoque experimental del estudio del alma le lleva a separar psicología de metafísica, de modo que no le interesa tanto definir o examinar la naturaleza del alma cuanto la investigación de sus manifestaciones.

En dicho texto, aun siendo seguidor aristotélico y defensor de la inmortalidad del alma, atribuye a la psicología el estudio empírico de los procesos espirituales y las teorías de los afectos, la memoria y la asociación de las ideas, o lo que es lo mismo, estamos ante un precursor también de la antropología del siglo XVII. Ante un nuevo método que aplica la inducción a los problemas psicológicos desvelando, cuando el método se aplica al conocimiento interno, el valor de la introspección. Sí, un nítido antecedente de Bacon y, por qué no, del filósofo, matemático y físico francés René Descartes (1596-1650) un pensador también con luz propia en el umbral de la revolución científica.

Obras y pensamientos. Primer pedagogo moderno

Probablemente el primer sistemático de los tiempos modernos cuando, oponiéndose a los métodos escolásticos, aplica la psicología en la educación recomendando el uso del método inductivo y empírico. Toda una renovación y un planteamiento más científico de la enseñanza, frente a la artificiosidad y vacuidad escolástica y la retórica de la época, que tendrá que llevarse a cabo teniendo en cuenta la naturaleza y personalidad del propio alumno, es decir, la psicología ha de ser la base de la pedagogía; sin duda el valenciano supera con ello al humanismo y se adelanta con mucho a Bacon y Descartes. Para él, en la formación de los estudiantes, a la sabiduría como valor indispensable en la vida humana, le deben acompañar bondad, prudencia (“el arte de enseñar en función de la capacidad de comprensión de los oyentes”) y un cierto valor práctico, ya que el fin de la educación no es otro que el bienestar del hombre. En ese sentido, ésta debería estar en función de sus necesidades prácticas, es decir, cualquier conocimiento adquirido debía poseer un fin práctico para el hombre. Vives se muestra también como precursor de la psicología diferencial y de la orientación profesional, al reconocer la necesidad de observar y distinguir las diferencias de aptitudes y de espíritu que hay entre los distintos seres humanos. Claro que también pone énfasis en la forma de utilizar mente y cuerpo para el desarrollo individual. “Procura estar sano por dentro y por fuera”. (Continuará)

Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)