Manifestantes de la Asociación de Senegaleses en Sevilla / Europapress
Manifestantes de la Asociación de Senegaleses en Sevilla / Europapress

La Asociación de Senegaleses en Sevilla realizó en la plaza de La Gavidia una concentración para reivindicar el esclarecimiento de la muerte de Mamour Bakhoum, ahogado en el río Guadalquivir el 29 de diciembre mientras trataba de huir de la Policía Local. «No han contado la verdad. Queriendo salvar la mercancía que tenía, ha ido corriendo con la carga. Tiró primero la mercancía», han remarcado, poniendo en duda que el fallecido se arrojase al agua sin más.

En el transcurso de la protesta pudieron escucharse consignas de justicia y señalamientos como «asesinos» en reiteradas ocasiones. Se desplegaron carteles de protesta aludiendo a la dignidad humana, defendiendo la inmigración y reprochando a la policía la «persecución y represión».

Se habilitó una mesa con una foto del fallecido en señal de luto en la que se registraron dedicatorias por parte allegados como por personas que acudieron a respaldar la manifestación. «Dejó huérfana una niña de apenas tres años de edad» vociferó un perteneciente al colectivo -justificando la irregularidad de sus actividades- y sentenció de manera enérgica que «solo trabajaba para alimentar a su familia, no han querido contar la verdad».

La Policía Local mantiene aún la versión de que los agentes intentaron disuadirle de que no saltase al agua. Antonio Luis Moreno, jefe de la Policía Local de Sevilla, explicaba al día siguiente del suceso que Bakhoum tuvo un comportamiento «inesperado, sorpresivo e incongruente» al no soltar su hatillo de productos. También aseguró que el varón se arrojó él mismo al río después de que los agentes le siguieran, pero negando la «persecución».

Sin embargo, desde el colectivo abarcan otra percepción. «Le persiguieron dos motos. A él y a mucha más gente, él tuvo la mala suerte de que fue en dirección Avenida Constitución», enfatizó un compañero del fallecido. En suma a esto mantuvo la posición de responsabilizar a la Policía, autoridades y periodistas de «difundir mentiras» respecto a los acontecimientos. De igual manera, expuso abiertamente que «España no es un país racista», mientras ampliaba su perspectiva para que los medios que asistieron recogieran la «sensación de indefensión» que tiene la comunidad. «Llevaba una carga de 40 kilos. Si hubiera sido tan delincuente como lo cuentan algunos medios falsos y mentirosos, no hubiera intentado salvar la mercancía. Eso no lo han contado. En lugar de decir persecución han querido decir seguimiento. ¿Un seguimiento para asesinar?»

Igualmente, una mujer senegalesa quiso avisar de que las autoridades españolas «perpetúan la vulnerabilidad y sufrimiento, en lugar de proteger y apoyar a quienes buscan refugio. «Exigimos y demandamos la investigación judicial correspondiente, conocer las verdaderas circunstancias de su muerte. Cuentan con testigos, imágenes de móviles y cámaras de seguridad». La mujer alegó el deber de «interrogar» a los agentes implicados, a «los bomberos que sacaron el cuerpo del río» y a «compañeros manteros». Las leyes españolas y europeas, según avisó, significan «un muro» para la «integración». «Impiden trabajar de forma legal y segura a quienes ya se encuentran en una situación precaria». Manifestó también su agradecimiento por el éxito de la convocatoria, que fue visiblemente numerosa.

José Ignacio García: «Ha muerto un trabajador andaluz»

En el acto hicieron presencia varias figuras pertenecientes a la vida política, como Serigne Mbayé, Secretario de Antirracismo de Podemos e impulsor del Sindicato de Manteros. «Todos merecemos vivir. Las personas negras tienen tenemos que conseguir la igualdad», impugnó seguido del aplauso de la multitud concentrada.

José Ignacio García, de Adelante Andalucía también quiso asistir. El portavoz y diputado andaluz lamentó el suceso y se mostró en solidaridad con la Asociación de Senegaleses en Sevilla. Desde su perfil de X subió un video en el que manifestaba que Bakhoum es «víctima del racismo institucional», exponiendo que se debe abrir una investigación por la «inverosimilitud de la versión oficial». Lamentaba también que el senegalés «murió por 34 camisetas», argumentando asimismo que «todo el que vive en Andalucía es andaluz».