Acabaré encasillándome, acabarán dándome una sección propia, o nombrándome especialista de temas religiosos, ya ni cofrades, religiosos, eclesiásticos… me parece hasta triste, aunque bueno, mi opinión sobre estos temas quizás es demasiado propia y alejada de las opiniones oficiales de este estamento.
Mercedes Serrato. La verdad es que desde hace ya un tiempo no paro de escuchar por parte de ciertos católicos que se sienten atacados a causa de su fe. Incluso he escuchado a catastrofistas que vaticinan que la situación que vivimos es parecida a la del año treinta y seis. Sin haber vivido esa época, puedo decir, con poco miedo a equivocarme, que eso es más exagerado que un chiste de Gandía. Casi da la sensación de que hay gente ávida de un conflicto. Personalmente, a veces pienso que estas cosas son un estado mental, que dependen de cada uno. Si crees que te atacan, cada frase será hiriente, los hechos irán en tu contra, todo te molestará, verás fantasmas, y por ello, te acabarás sintiendo atacado.
Escucho el sábado por la mañana en la radio a otro colectivo que también se siente atacado, los científicos. Argumentan que en una sociedad que se supone laica, todos sus experimentos o proyectos son cuestionados por sectores de la Iglesia. Sinceramente, a esto le veo más enjundia que a lo primero. Al fin y al cabo, un grupo de médicos han sido increpados este fin de semana por dedicarse a una actividad médica legal en España como es el aborto. Pero doscientas personas que no asumen el estado de derecho en el que tienen la suerte de vivir, se dedicaron a fletar aviones y autobuses para plantarse ante el hotel donde estos médicos celebraban un congreso, que me digan a mí que eso no fue ataque, que tras empapelar la Borbolla con fotos desagradables, llegaron a cortar y desviar las líneas de autobuses que por allí pasaban. En nombre de “su libertad y sus derechos” consiguieron de una forma algo cara fastidiar a gente que iría a trabajar o a lo que les diera la gana. Con ese dinero creo que se podía haber hecho una mejor inversión, dado que tanto les preocupa la vida, preocúpense de quienes no tienen una vida digna, y se lo digo yo, que estoy bautizada en San Esteban, que luego no acusen a los ateos de meterse donde no les llaman.
A veces pienso que la Iglesia Católica no supo aceptar la pérdida de privilegios que la democracia les trajo, y no entiendo por qué a muchos les cuesta entender que el Estado debe ser aconfesional, que eso incluso es más beneficioso para la convivencia social.
Sinceramente, creo que todo es susceptible de quien lo mire. Yo me siento atacada por la trayectoria cinematográfica del siglo XX, donde las rubias eran encumbradas como auténticos monumentos de belleza. Como morena, esto me ofende. ¿Se han dado cuenta de la chorrada? Lo dicho, para sentirse atacado u ofendido solo hay que proponérselo.