Un grupo de científicos liderado por la Universidad de Cantabria ha realizado un estudio sobre las probabilidades de tsunamis en la costa sureste española. Se trata del primer análisis sobre tsunamis que se hace en España, un país que en la actualidad no cuenta con un plan de prevención.
Sevilla Actualidad. Un equipo de científicos liderado por la Universidad de Cantabria (UNICAN) ha elaborado un estudio sobre el riesgo de tsunamis en la costa sureste española. Se trata del primer análisis probabilístico basado en simulaciones numéricas para abordar el riesgo de tsunami en el Mar de Alborán, situado en la parte más occidental del Mediterráneo, un área «muy activa».
Sin embargo, el estudio revela que el riesgo en el Mar de Alborán es «de medio a bajo». Según el autor principal e investigador del Instituto de Hidráulica Ambiental de la UNICAN, Mauricio González, «en la zona no se generan tsunamis de gran magnitud como en Cádiz, pero hay más eventos pequeños».
El análisis refleja que las zonas más sensibles y las que tendrían mayor elevación de olas serían las cercanas a Málaga, Adra (Almería) y Melilla. González ha afirmado que se trataría de «olas de hasta metro y medio que podrían afectar a la operación de puertos e inundar zonas bajas con bañistas si es verano».
Además, según el investigador, en las últimas décadas la costa sureste española ha sufrido cambios por el turismo y el uso de la costa, por lo que las infraestructuras construidas podrían verse afectadas por tsunamis, «eventos con poca probabilidad y baja frecuencia, pero con un gran impacto».
Un tsunami que podría ser provocado por un terremoto de mínimo 6 grados en la escala de Richter en las fallas tectónicas de la costa atlántica, y «principalmente en el Mediterráneo». No obstante, en la actualidad, España sigue sin tener un plan de prevención, a pesar de que el Comité de Tsunamis Español elaboró una propuesta de un sistema de alerta hace cinco años.
Según González, «en España falta conciencia y atención en todos los niveles, y es fundamental educar e informar a la población expuesta y tomar medidas de prevención» ya que, a su juicio, «estamos ante un fenómeno de muy baja frecuencia, pero de un efecto devastador cuando ocurre».
Otro de los estudios realizado por la Unican se basa en las consecuencias del terremoto de Lisboa de noviembre de 1755, que llegó a Huelva, donde un tsunami provocó inundaciones hasta el centro de la ciudad. El análisis refleja que podría volver a ocurrir. Para comprobar el alcance del tsunami, los científicos realizaron simulaciones a partir de modelos matemáticos, que revelan que el agua pudo producir una destrucción «considerable» en las zonas más cercanas a la costa.
El científico denuncia que «sólo es cuestión de tiempo que vuelva a ocurrir, podría ser mañana, dentro de seis meses o dentro de 50 años, y lo peor es que no estamos preparados».