La familia ucraniana formada por Liudmila y sus siete hijos ya vive en la localidad sevillana de Tomares. Una familia que ha logrado permanecer unida gracias a la solidaridad del matrimonio formado por Alejandra y Carlos, quienes, a través de la asociación NAD, hace apenas quince días, pasaron de una idea y un deseo, a la realidad.
«Recuerdo que volvíamos de Granada y recibimos una llamada. La petición de ayuda para acoger a una familia ucraniana ya estaba ahí», recuerda Alejandra. Entonces, tanto ella como Carlos tomaron conciencia de que las ganas de colaborar estaba a punto de materializarse cuando desde la entidad mediadora les advirtieron de que había un problema.
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