Que el sexo débil ha dejado de serlo es un hecho. Vivimos en el siglo XXI, y la mujer está tan capacitada como el hombre. Pocos resquicios de machismo obsoleto quedan visibles de puertas para fuera de los hogares, porque ahora lo políticamente correcto es la paridad. Pero las tradiciones, esas que tanto gustan, suelen mantener el espíritu del pasado, y por tanto son un espejo del pensamiento de la época en la que se crearon, pero fuera de lugar hoy día. Uno de esos ritos es el flamenco, y un estudio de la Universidad de Málaga ha demostrado que algunas letras tradicionales de esta música incluyen una enorme carga sexista.
El docente ha encontrado en esta variedad musical la principal expresión para destacar la «valentía» y la «resistencia» del género femenino en este campo artístico y en el resto de los que conforman la sociedad.
Precisamente en el cante de la copla flamenca, las mujeres han destacado al mismo nivel que los hombres, aunque «llegar a alcanzar ese éxito les ha supuesto un mayor esfuerzo que a ellos», según López Castro. De hecho, precisa que las «cortapisas» que han tenido las mujeres a lo largo de la historia les han hecho permanecer «siempre en la sombra» debido a una concepción sexista de la sociedad también desde el punto de vista culturar.
Renovación de las letras, renovación social
Una muestra de esta premisa se encuentra en los siguientes fragmentos de coplas: «Quien se fía de mujeres muy poco del mundo sabe, quien se fía de unas puertas de que todos tienen llaves»; «Una mujer fue la causa de mi perdición primera, no hay perdición en el mundo que por mujeres no venga»; «En la esquinita te espero chiquilla, como no vengas, aonde te encuentre te pego».
Presencia con historia
La presencia de la mujer ha sido muy relevante en toda la historia del flamenco, y como apunta López Castro, ya durante la época del bajo imperio romano, se conoce que existían unas primeras danzas identificables con el flamenco que eran interpretadas por mujeres.
Por ejemplo, es el caso de «Teletusa, que fue una bailarina gaditana, que durante el siglo IV d. C. cantó lo que se llamaron las Cántigas Gaditanas, un tipo de música popular que se difundió ya sobre esta época, y que resulta ser una de las bases de lo que conocemos como el flamenco», subrayó.