La llegada del Señor del Gran Poder al barrio de Los Pajaritos ha supuesto toda una mezcla de emociones para los vecinos que pasan allí los 365 días del año. Las colas de personas que quieren postrarse ante el Señor no cesan durante la mañana, hasta las 12:00 que se reza el Ángelus.
Las miradas, sobre todo de las personas mayores que allí acuden, esconden lágrimas de emoción a la vez que de paz al mirar al Señor. No es raro encontrarse personas de avanzada edad, en ocasiones con movilidad reducida, haciendo un esfuerzo por subir las rampas que acercan al Gran Poder la realidad de un barrio que se ha volcado con su visita.
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