La Campana quedó vacía durante la mayor parte de la tarde/JC Romero

Y Sevilla miró al Beso de Judas

Del Salvador a San Pablo el Domingo de Resurrección

Galería fotográfica del Lunes Santo

La Hermandad del Polígono de San Pablo vuelve el Domingo de Resurrección a su barrio tras resguardarse de los aguaceros en la Iglesia del Salvador. El Lunes deja llevó al Beso de Judas a abrir la Carrera Oficial. Santa Genoveva siguió adelante con la salida para volver media hora más tarde a su Parroquia.  San Gonzalo y Santa Marta suspendieron su Estación de Penitencia. Aguas al final de la noche provocando el resguardo de Las Penas, Las Aguas y El Museo en la Catedral.

 

J. C. Romero/F. Castillo/M. A. Rodríguez. La Cruz de Guía de las hermandades de San Gonzalo y Santa Marta no vieron la luz en un Lunes Santo partido en dos por la lluvia. En un ejercicio de valentía -con mirar al cielo se veía la que estaba por llegar-  iniciaron su Estación de Penitencia la Hermandad del Polígono de San Pablo y la de Santa Genoveva. Mientras en la provincia la mañana se había cerrado definitivamente y arreciaba la lluvia, el cortejo de Santa Genoveva enfilaba sus primeros minutos en la calle. 

Con las primeras gotas llegaron las prisas, hacia adelante en un primer momento, y ante la persistencia de los aguaceros de retorno a la Parroquia para poner fin a su corta procesión. Peor suerte corrieron los nazarenos y hermanos del polígono a los que la lluvia sorprendió lejos de su Parroquia. La hermandad de San Benito les ofreció su templo para resguardarse de la lluvia pero rechazaron la oferta porque ninguno de los pasos cabían por la puerta de dicho templo. Lo mísmo ocurrió con el templo de la hermandad de San Esteban. Debido a la lejanía de su templo, en revirás interminables que los hermanos costaleros rindieron a sus titulares, encontró el Señor resguardo en la Iglesia del Salvador.

Ni un alfiler cabía en el Salvador, donde el Stmo. Cristo de la Hermandad de Pasión, portado en andas, saludó al caer la tarde a tan inédita presencia en la Parroquia, durante el tradicional traslado que tuvo lugar ayer desde su capilla a su paso. El Domingo de Resurrección, a las 17:00 horas volverán a su barrio, regalando a los sevillanos una próloga -quizá más dulce- del Lunes Santo, quién sabe si con mejor suerte.

No dio tregua el agua a mediodía, y ante la previsión de aguaceros para la tarde la decisión más difícil la tomaron en la parroquia de San Gonzalo y en la Iglesia de San Andrés, con la suspensión de la Estación de Penitencia de las hermandades de San Gonzalo y Santa Marta.

El Lunes Santo lo abrió la Hermandad del Beso de Judas en Campana. La Cruz de Guía se presentó en carrera oficial con sones que poco después se demostraron premonitorios: la marcha «Sabed que vendrá»Y llegaron, aunque con un retraso de casi dos horas.

LLegó como llega siempre, y Sevilla se echó a la calle para arropar a sus hermandades. Significativo fue el momento en el que, debido al viento, la túnica del señor se posó sobre una vela de los candelabros cel paso durante varios segundos, provocando la intranquilidad entre los presentes al pensar que podría arder. Finalmente no fue así. Un hermano quitó la túnica de la vela con una caña. Todo quedó en una anécdota…

Tras el Beso de Judas llegó la espera. Cuarenta y cinco minutos tuvieron que esperar los asistentes de la Campana para ver la próxima hermandad debido al hueco dejado por la hermandad de Santa Marta. Tras esa espera llegó el silencio y el sabor añejo de una primitiva cofradía, la Vera Cruz, de las más antiguas que procesionan en la Semana Santa de Sevilla, con representaciones de la orden franciscana, muy vinculada a la hermandad, y de otras corporaciones de la Vera Cruz de la geografía española. El Stmo. Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de las Tristezas en su paso de palio de cajón hicieron enmudecer a la Campana. Silencio sólo roto por las voces de la coral de su acompañamiento. Y así pasaron Las Penas, desde San Vicente, y la Hermandad de Las Aguas mientras el tiempo lo quiso.

La última en llegar a la Carrera Oficial fue El Museo, desde la calle Alfonso XII. Un ligero llovizneo recibió a la Virgen de las Aguas camino de Sierpes, que obligó a los costaleros del paso de palio a apresurar su marcha hasta la Catedral. Allí de nuevo la estampa para el recuerdo con tres de las cuatro hermandades que procesionaron en su interior.

A pesar de todo, la jornada dejó innumerables anécdotas, como el representante de México que acompañaba a la Virgen de Guadalupe de la Hermandad de las Aguas,  ataviado con un antifaz blanco cuyos orificios para los ojos eran mínimos impidiendo su visibilidad casi por completo y con un característico sombrero mexicano al cuello. O en la Hermandad de San Pablo camino la Iglesia del Salvador o la Hermandad de Vera-Cruz agilizando el paso de manera importante cuando se vio sorprendida por un nuevo chaparrón en torno a las once de la noche en la plaza del Salvador.

Pero eso no fue todo. Esa pequeña llovizna que afectó al palio del Museo también le afectó a las hermandades que procesionaron antes de él. El Cristo de las Penas tuvo que regresar a la catedral por la lluvia, en donde se econtraba aún su virgen, mientras que la hermandad de las aguas se apresuró, al igual que la del Museo, y se quedaron resguardas en la Catedral.

Pasada aproximadamente una hora, las tres hermandes decidieron regresar a sus templos, pero la hermandad de las Aguas y la del Museo lo hicieron de una forma anecdótica que pasará a la historia de la Semana Santa. Ambas hermadades salieron una detrás de otra por la Puerta por donde entraron en la Catedral, es decir, por la Puerta de San Miguel, para apresurar unos minutos la llegada a sus respectivos templos, mientras que la hermandad de las Penas lo hizo por la Puerta habitual, la de Palos.

De esta manera, y a la misma vez, por una puerta de la Catedral salían Las Aguas y el Museo y por la otra Las Penas. Todos estos acontecimientos provocaron que hubiera importantes retrasos en la entrada de dichas hermandades en sus respectivos templos, fuera del horario oficial.

En definitiva, la lluvia nos ha dejado un Lunes Santo poco común. Lluvias, retrasos, regresos, hermandades que se resguardan, rapidez, momentos históricos y anecdóticos, etc, un Lunes Santo que, según expertos, ha sido el único día que podría llover en Semana Santa.

 Martes Santo

En el día de hoy se espera que el sol vuelva a reinar y que las diferentes hermandades puedan realizar su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Ésta serán: El Cerro, Los Javieres, San Esteban, La Candelaria, Los Estudiantes, El Dulce Nombre y Santa Cruz.

Entre los momentos importantes que merecen ser presenciados debemos destacar la salida y entrada de San Esteban por su puerta ojival, el Misterio de La Bofetá en la entrada a su templo o el orden y disciplina con la que transcurren los nazarenos de Los Estudiantes.

www.SevillaActualidad.com.