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Después de su debut en Bilbao, llega al Lope de Vega ‘De ratones y hombres’, un clásico norteamericano de Jonh Steinbeck, dirigido y adaptado por Miguel del Arco.

‘De ratones y hombres’ es una tragicomedia que el autor sitúa en torno a los años treinta y la gran depresión estadounidense. Jonh Steinbeck, basándose en su propia experiencia como jornalero en las granjas de california y a raíz del poema escrito por el escocés Robert Bruns, desarrolla una compleja pero reflexiva obra que pone de relieve aquellas lacras sociales que después de casi un siglo continúan presentes.

Lennie y George, dos errantes de la tierra venidos a menos, sin recursos ni formación, realizan un recorrido por los elementos más esenciales de la vida y la sociedad. A través de la figura de Lennie, hombre con deficiencias mentales, y de su compañero y amigo George, la trama se abre camino entre la discriminación social, la lucha de clases, la inestabilidad de los mercados y la violencia. Una situación que los aboga a la incertidumbre y a la riña oscilante entre la razón y el instinto.

Roberto Álamo interpreta en esta ocasión a George, uno de los protagonistas de la obra que, junto a su fiel amigo Lennie, construirá «la columna vertebral de la acción». Roberto pone de relieve la importancia de la amistad y el amor incondicional para «salir de la esclavitud de un trabajo excesivo y mal pagado, de la esclavitud de no saber amar o de la falta de comunicación actual».

Por otro lado, Fernando Cayo comenta la dificultad de interpretar a Lennie y «el peligro de pasarte o de quedar demasiado teatral». «El personaje de Lennie se hace preguntas revolucionarias a lo largo de la obra que cualquier ser humano haría y que el autor, pone en boca de un joven con retraso». Además, Fernando Cayo resalta la fuerza simbólica de estos personajes que, como los trabajadores en la actualidad, «pretenden conseguir sueños que el sistema tiende a romper».

Ambos reconocen la importante labor del director Miguel del Arco y su fuerza humanística sobre la obra. Fernando Cayo habla de “una revolución afectiva” motivada por su carencia social y pone sobre la mesa la necesidad del amor como instrumento comunicativo: “Miguel aprovecha la humanidad de cada ser humano que se le pone por delante”. Roberto Álamo destaca su figura como profesional y menciona que “los grandes directores te hacen trabajar libres, los malos te marcan”.

«Formar equipos de creadores donde toda esa creatividad suma» y producir «un juego democrático y enriquecedor» es lo que hace ‘De ratones y hombre’ una jugosa y dinámica actuación que no se ha conseguido en las películas anteriores, comenta Roberto. El trabajo visto desde el respeto, el sentido del humor, el amor y desde mucha otras cosas que «desgraciadamente no son comunes de encontrar» es lo que dota a esta obra de una gran «profundidad y emocionalidad, y arropa multitud de sentidos con una propulsión fuerte».

Además, Concha Busto, directora de diseño y producción, menciona las tres «reglas importantísimas del teatro: el texto, el director y el actor» y señala la importancia de Miguel del Arco como batuta a la hora de acercar «el texto al momento de hoy, y a los espectadores».

Concha reconoce que con esta obra finaliza su larga trayectoria profesional aunque asegura que no se alejará del teatro. También destaca los momentos difíciles que está sufriendo la cultura y pone de relieve la importancia de revalorizar la arte del teatro.

A su vez, se menciona cómo el legendario Lope de Vega no ha quedado exento ante los tijeretazos, aunque confirman que, a pesar de las dificultades, no habrá cambios ni modificaciones en la programación prevista.

Concha recuerda como en sus inicios se «vivía de la taquilla» pero tras la recuperación de los teatros privados durante la transición y después de mucho esfuerzo se decidió «regalar la cultura», y ahora es prácticamente imposible sobrevivir sin ayudas o subvenciones. Rememora al poeta García Lorca con una cita muy famosa y que viene como anillo al dedo a los tiempos que corren: «un pueblo que no atiende a su cultura está muerto o a punto de morir», y añade que «con el tiempo tendremos que ir viviendo de nuestro propio esfuerzo para que no haya saturación de mercados y trabajemos para el espectador que está detrás de la cuarta pared».

Roberto Álamo considera «la educación como vertiente de la cultura» y reflexiona sobre la importancia de dejar de hablar sobre recortes para poner el punto de mira en la producción y en el beneficio a través de «la formación de profesionales más preparados, mejores personas y mejores ciudadanos» que es, al fin y al cabo, «la mayor inversión de futuro».

Con un «despliegue escenógrafico maravilloso de Eduardo Moreno y unas luces fantásticas de Juanjo Llorens», además de las diez magníficas humanidades que pasearán por el teatro, ‘De ratones y hombres’ garantiza dos horas de vertiginoso espectáculo.

Una obra que tanto los espectadores como la crítica han acogido calurosamente, y que desde hoy hasta el próximo domingo abrirá sus puertas para el disfrute mayoritario del público sevillano.

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