Imagen de una Jam en el local Lennox Station en Carolina del Norte/ Clara Fajardo
Imagen de una Jam en el local Lennox Station en Carolina del Norte/ Clara Fajardo

Cada miércoles en el local Lennox Station de Hendersonville (Carolina del Norte) se citan profesionales y aficionados del folclore musical de este rincón de Estados Unidos para poner en valor y conservar las maravillas de la música de las montañas. En esta latitud del mundo la llaman ‘la Old-timey Mountain music’, música antigua que se tocaba en las montañas de la zona estrechamente relacionada con estilos internacionalmente conocidos como el Bluegrass o el Country.

Una manifestación cultural que contiene reminiscencias de los pueblos nativos que habitaban los montes Apalaches antes de que los europeos pisaran suelo americano y ritmos e instrumentos de cuna irlandesa, escocesa e inglesa provenientes de la gran inmigración hacia Estados Unidos. Un totum revolutum que, de alguna manera, conecta con la cultura popular andaluza y sevillana por sus similitudes en cuanto a mezcla de culturas, disfrute popular y espontaneidad en locales donde se hace una importante vida social. Una especie de peña flamenca en versión americana.

Garantes de la música antigua en Carolina del Norte

La Asociación French Broad Valley Music es una entidad sin ánimo de lucro cuya finalidad es mantener viva la música tradicional del Estado de Carolina del Norte. La cita semanal de cada miércoles es una de las tantas actividades que organizan y, aunque los acordes suenen un poco a Bluegrass y Country, la directora de la asociación, Carol Riftkin, prefiere no encasillarla en ninguna categoría en concreto y disfrutarla como «música de las montañas».

A través de patrocinios púbicos y privados, además de propinas, esta asociación también financia un programa para músicos jóvenes de los Apalaches. «Llevamos seis años, tenemos hasta 40 estudiantes entre siete y quince años y, nuestra misión es mostrar que esto es bueno. Ven y hazlo. Generamos así la sensación de pertenencia a un lugar, ya se sea autóctono, trasladado o visitante».

Pasado y presente de la Old Mountain Music

La música antigua de montaña es un género de música folclórica norteamericana que se toca principalmente con instrumentos de cuerda como el violín, el banjo, la guitarra y la mandolina. A lo largo de los años, se han incluido silbatos, armónica, ukelele, acordeón, huesos, arpas de boca y otros instrumentos folclóricos. Esta música es de la gente de una época sin televisión ni radio, cuando las familias enrollaban la alfombra para bailar y cantar con amigos y vecinos. Se llamaba música country hasta que las grabaciones trajeron éxito comercial a grupos como la familia Carter, Jimmy Rogers, Charlie Poole, los Skillet Lickers, Fiddling’ Arthur Smith y más.

La evolución de la música rural de bandas de cuerda hacia un estilo más sofisticado llamado Bluegrass después de la Segunda Guerra Mundial impulsó la creciente industria discográfica y la popularidad de programas de radio nacionales como WSM Grand Ole Opry y The Louisiana Hayride. Esta evolución, liderada por las discográficas, definió con mayor claridad la música. «Pero espero que siempre sea música de la gente que todo el mundo pueda tocar perfectamente compatible con su existencia en plataformas como Apple Music o Spotify.

No se trata de una ciencia espacial, como bien me explicó mi maestro de violín Arbel Freeman, sino de un folclore que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos», sostiene Riftkin. Y no solo se toca, se baila. «En solitario, en grupo, o en corro, estilos como el Flat-Footing (pies planos), o el Clogging (baile percutido de los Apalaches similar al Claqué)». Entretenimiento, educación y diversión. Todo en uno.

Bluegrass, la combinación canalla de herencia irlandesa, apalache y música popular

La música Bluegrass es un género que pertenece al conjunto de músicas tradicionales (entre ellas, la evolución de la Old Music) estadounidenses nacida en torno a 1940 en la zona de los Apalaches. Es una unión de diferentes músicas tradicionales del mundo (inglesa, irlandesa, escocesa y Afroamericana) y de distintos tipos o géneros musicales (Jazz, blues…). Llamada inicialmente hillbilly, fue Bill Monroe (Bill Monroe and the Blue Grass Boys) quien le dio el nombre definitivo. Y es imposible resistirse a la misma.

En Asheville, Carolina del Norte, es muy habitual encontrar conciertos al aire libre en verano, o en pubs de Bluegrass. Sevilla Actualidad ha podido asistir a uno de ellos y los pies se mueven solos, como en un arranque por sevillanas o bulerías. Sus letras canallas, el ritmo percutido, el sentir popular de historias universales sobre amor, trabajo o dinero claramente unen el sur de EEUU con el sur de España, como si de una verbena o sarao de pueblo se tratase.

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...