El Granada afrontará el choque como si de un derbi se tratase. Los de Míchel, que en esta clase de encuentros pagan su falta de pulsión, deben igualar en intensidad y aprovechar sus riesgos.
Tal y como se han dado los resultados en esta jornada, parece que el Sevilla, si esta noche suma tres puntos, se puede subir todavía –pese a los muchos tropiezos- al tren de Europa.
Pero todo pasa por ganar esta noche en el Nuevo Los Cármenes, en uno de esos clásicos encuentros en los que la motivación suele desbordar a los locales, que encaran la cita como su derbi y lo juegan de esa forma, al límite.
Y en esta clase de partidos, históricamente el Sevilla concede más de lo que debería, por lo que hay que saltar al terreno de juego sin suspiros que pueden llevar inequívocamente a lamentaciones. Se requiere, por tanto, una salida al campo similar a la que tuvo el equipo en Santander, sin dar concesiones, acaparando el balón y no dejándose intimidar por la efusividad que envuelva a los nazaríes.
Ése es el primer paso para imponerse ante un equipo que, sobre todo en casa, juega al filo de la navaja. El Granada va a presionar arriba y buscar el error para golpear duro.
La clave está en la habilidad a la hora de manejar las intenciones locales, porque si el posicionamiento es bueno, con los afilados e incisivos extremos que gasta el Sevilla, se puede hacer mucho daño cogiéndole las espaldas a los hombres de Abel.
Ahí puede estar el partido, sin duda, pero antes que eso está que en el inicio no haya derrota en motivación y bravura, porque por ahí se pierden en la nada todas las buenas intenciones.
Previa facilitada por el Sevilla FC.