La economía atraviesa momentos duros por la actual situación de parón económico que afecta a todo el país. Pero lo cierto es que no todos los sectores se han visto afectados de igual modo. Mientras que industrias tan importantes para el PIB español como la hostelería o el turismo se encuentran cerradas hasta nuevo aviso y amenazan con una destrucción de empleos sin precedentes, otras como la agrícola están aguantando sorprendentemente bien la situación actual, especialmente en Andalucía, una de las principales huertas nacionales. A continuación, vamos a ver cómo este sector está consiguiendo mantenerse a flote en estos tiempos tan complicados.

La industria agrícola sigue funcionando sin graves problemas

La industria agrícola supone actualmente uno de los pocos sectores de actividad que permanecen funcionando a pleno rendimiento. Su mercado principal de destino son los supermercados, prácticamente los únicos negocios que permanecen abiertos. Estamos ante un sector que se está convirtiendo en uno de los grandes motores de la economía de cuarentena que funciona a día de hoy en nuestro país. Está siendo uno de los pocos que incluso ofrece oportunidades de inversión llamativas, ahora que los mercados bursátiles están bajo mínimos y que hay pocos negocios funcionando. Así, destaca la posibilidad del CFD trading sobre materias primas agrícolas, como el zumo de naranja, que está ofreciendo nuevas vías de rentabilidad para unos inversores que no levantan cabeza este año tras el desplome de las grandes bolsas mundiales. Esta operativa financiera con materias primas agrícolas está resultando ser incluso una opción más lucrativa que invertir en oro. Además, este tipo de operativa financiera evita tener que adquirir el producto, ya que solo se opera sobre el precio del activo subyacente.

Uno de los pocos sectores de actividad sin complicaciones logísticas reseñables

Cabe destacar también que, a diferencia de lo que sucede con otras cadenas de suministro, como la de productos sanitarios o tecnológicos, la red de distribución agrícola no está sufriendo alteraciones significativas. En el caso andaluz, la situación se explica porque la propia huerta local se ocupa de satisfacer la demanda regional, con transportes que exigen trayectos cortos y carentes de grandes complejidades logísticas. Esto podría explicar por qué no se están produciendo situaciones de desabastecimiento en nuestros mercados. Afortunadamente, la producción agrícola en los invernaderos andaluces y las operaciones en los centros de manipulación y exportación se está desarrollando con total normalidad. Esta última parte es especialmente relevante, ya que las exportaciones de frutas y verduras andaluces podría mitigar de manera muy importante la crisis económica que se avecina en cuanto termine el estado de alarma vigente. De momento, siguen funcionando y colocando sus productos en Europa.

En resumen, el sector del campo está mostrando su músculo con una resiliencia admirable. Resulta paradójico que un segmento de actividad profesional que tanta precariedad ha experimentado especialmente en nuestra región a lo largo de los últimos años sea actualmente uno de los que más fortaleza exhibe. La pregunta que cabe plantearse ahora es la siguiente: ¿cambiará este escenario si se mantiene la coyuntura actual durante un periodo de tiempo más prolongado? Por el momento, no hay indicios que inviten a pensar en un escenario negativo.