«Chica española de 21 años trabaja durante 6 meses en una empresa, cuarenta horas semanales, sin recibir ningún tipo de remuneración a cambio de su trabajo».
En este caso, el titular habla de una chica, como también podría hablar de un chico. Me lo he inventado. El titular, digo. Porque la realidad que describe, esa, no es ninguna invención. Esa es de verdad.
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