2014. «Esta será la última vez», dice mientras sus dedos rozan la garganta en carne viva que ya no siente como suya. Pero no es la última y está lejos de serlo, aunque eso ya lo sabe. Intenta convencer a esa mente adolescente acomplejada de que no es necesario, pero la operación bikini le sopla la nuca, incitándole a sacar del cuerpo lo que acaba de entrar.
2022. «No todo vale», es la frase que resuena en mi cabeza desde que el anuncio del gimnasio de Triana saliera a la luz. Una flamenca entrada en carnes que no puede abrocharse el traje. Siempre es la mujer. Se ve que no tenemos suficiente en nuestro día a día, como para que una caricatura nos recuerde que abril está a la vuelta de la esquina y que nuestras carnes, además de blancas, están flácidas. Y yo me pregunto, ¿Dónde está el hombre que no puede abrocharse el chaqué?
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