Quién me iba a decir a mí, que me he criado en el campo, que volvería al cabo del tiempo convertida en una turista, eso sí, una turista rural.
Mi padre, cuando nos veía sin hacer nada nos llamaba «turistas» y mi madre nos decía que no debíamos estar «mano sobre mano».
CONTENIDO EXCLUSIVO
Puedes hacerte socio o registrarte gratis
Si estás registrado o eres socio inicia sesión