O eso decía la letra de la canción de Javier Gurruchaga en los años ochenta en aquel programa realizado por Pilar Miró y que ponían todas las semanas en la 2. Cuarenta años después, esa musiquilla la tenemos aún instalada en nuestros oídos, sobre todo cuando cogemos un avión y nos disponemos a surcar las nubes.
Si durante el vuelo no encontramos muchos «baches» o turbulencias, todo irá bien. Y algunos hasta se dormirán…
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