Cuando se labran las tierras, año tras año, la cosecha, deja de ser productiva, por lo que es bueno dejar la tierra en barbecho por lo menos un año, antes de volverse a cultivar.
Este tiempo es aprovechado para recuperar materia orgánica y humedad y para hacer limpieza de los espinos y otras malas hierbas. La tierra, el barbecho, se labra dejándola lista para el próximo cultivo. Ocurre igual en el proceso creativo de cualquier campo o materia, ya sea en la literatura, en la pintura, en la música…

Algunas veces deberemos dejar la mente en «barbecho» y aprovechar ese tiempo para «labrar» la materia gris y arrancar «las malas hierbas» y «los espinos» que nos impiden crear como antes. Este barbecho creativo es muy beneficioso tanto para los creadores como para los «consumidores».

Siempre es bueno hacer limpieza mental, como arreglar cada temporada los armarios, la alacena o fregar los azulejos de la cocina. Después de un barbecho creativo de toda una década, ahora vuelvo a editar libros, a poner mi escritura en el mercado, aunque nunca he dejado de «rastrillar» las palabras ni las ideas. Ahí están los artículos que he escrito en este tiempo, tanto de manera digital en Sevilla Actualidad desde La Era o en papel como en La Voz de Alcalá en El Zaguán, o La Higuerita. He seguido publicando con el nombre de Lucre Romero, nombre que me ha parecido menos serio.

Ahora que vuelvo a lo de los libros, con mi nombre completo pienso que me van a decir como a aquel escritor cuando dio a conocer su último libro.
– Fulanito ha escrito un libro
– ¿Por qué? le contestó el otro.

La manera de contar importa y sobre todo de qué o de quién hablas.

Hay muchos tipos de lenguaje narrativo, pero todos ellos nos sirven, nos confortan como dice Luís Landero en su libro Lluvia Fina: ¡Qué tendrá la narración que nos consuela tanto de las culpas y errores y de las muchas penas que los años van dejando a su paso! Los relatos no son inofensivos, continúa el autor, y menos aún si se entremezclan y entrelazan…

Dentro de la misma familia, cada uno ha construido un relato diferente y unos recuerdos que no se parecen en nada a los tuyos. Yo he escrito siempre sobre mis recuerdos, sobre mi infancia y la de mi familia, sobre la vida en el campo. Sin embargo, mis hermanos tienen una opinión distinta, tienen otros recuerdos y dicen que yo me los he inventado. Entonces vienen las disputas porque cada uno pone en valor lo suyo. El que está equivocado es el otro, en este caso yo. De esto sabe mucho el autor de «Lluvia fina».

Mi padre solía decir que «tiempos pasados venidos a la memoria/dan más penas que gloria». Y mi madre añadía: «quien ríe en viernes/ llora en domingo».

Cada reunión, cada comida familiar se convertía en un campo de batalla y cada uno sacaba sus armas. Unos su ironía, otros su alta voz y al final acababan diciéndome eso de «menos mal que ha estudiado». De tanto echarme en cara que no hacía nada porque no ayudaba a hacer las faenas, o porque estaba todo el día con los libros, mi madre me decía que yo era «un verso».

Cuando me premiaron un conjunto de versos en 2006, en el II Certamen Plumier de Versos, convocados por Fran Nuño, pensé en decirle a mi madre eso de «Verso era y en verso me he convertido», pero por aquel entonces, mi madre tenía Alzheimer y lo que menos necesitaba era que yo me vengara. Tampoco quito que esos comentarios familiares me hayan hecho luchar hora a hora, día a día por hacerme valer y no he parado de expresar mis sentimientos, de narrar mis experiencias en forma de verso, cuento o relato.

Al principio empecé a escribir con un seudónimo para que en casa no se avergonzaran de mí. Afortunadamente ya eso no pasa y mis hermanos acuden casi siempre a mis presentaciones. Yo creo que en el fondo están orgullosos de mi. Eso sí, siempre me dicen que no se me ocurra escribir sobre ellos, sobre nosotros, porque todo será una pura ficción, una mentira.

De eso se trata, de hacer ficción de la realidad, de narrar hechos verdaderos como si se tratara de un cuento o una novela. Pero, como en una novela negra, un Polard todos sabemos quién gana. Y a veces cómo termina.

Maestra, especialista de francés. Titulada por la Escuela Oficial de Idiomas, colabora en La Voz de Alcalá desde el año 2003 y en el periódico local 'La higuerita' de Isla Cristina desde el año 2010....