Agentes del Equipo @ Sevilla, integrados en la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Sevilla, han realizado la explotación de la operación «MAGUELUDO», la cual ha finalizado con la realización de una entrada y registro en el domicilio de uno de los líderes de un supuesto grupo de ciberestafadores, que efectuaban sus fraudes desde Arahal mediante el uso de una conocida plataforma de compraventa de productos de segunda mano.
Dicho registro se saldó con la detención de una persona y con la investigación de otras cuatro, así como con la aprehensión de diverso material informático utilizado en la comisión de las estafas y hasta diez tarjetas bancarias pertenecientes a distintas entidades financieras usadas para la comisión de las estafas, imputándoseles los delitos de Estafa Continuada, Usurpación de Estado Civil y Pertenencia a Grupo Criminal.
Así operaban los ciberestafadores desde la localidad de Arahal
El engaño consistía en que los ciberdelincuentes se interesaban por la compra de un producto anunciado por sus víctimas, haciéndolas creer que iban a recibir un correo electrónico de la propia empresa de mensajería detallando los costes de envío de dicho producto.
Igualmente, los ciberdelincuentes explicaban a sus víctimas que iban a recibir un segundo correo de la propia web en la que se encontraba alojado el anuncio del objeto, donde se le indicaría que la persona interesada en la compra del producto realizaría el ingreso de una cantidad de dinero, incluyendo el pago de este más el importe por el envío del mismo.
Sin embargo, los correos utilizados por los estafadores no eran oficiales, ya que bajo la misma apariencia y empleando los logos correspondientes, simulaban las webs de estas plataformas, consiguiendo estafar a sus víctimas a través de conversaciones directas por WhatsApp, logrando que ellas mismas adelantaran el importe del pago por el coste del envío de su propio artículo, pensando que posteriormente iban a ser reembolsados por toda la operación.
Un correo con una cuenta bancaria
Una vez la víctima aceptaba realizar esta operación, recibía un correo donde se le facilitaba una cuenta bancaria donde efectuar el ingreso del coste de envío por el importe acordado, no llegando nunca, como era previsible, a ser recogido el producto enviado por la víctima ni a ser abonado ni el importe del mismo ni los gastos de envío.
A tal punto llegaba la actividad de ingeniería social desarrollada por estos ciberdelincuentes que incluso volvían a solicitarles nuevas transferencias con excusas y justificaciones de diverso tipo.
El destino del beneficio obtenido de las estafas, en gran parte iba a parar en la compra de criptomonedas, dificultando de este modo tanto su seguimiento como la recuperación del mismo.
Debido a la gran actividad que realizaba el supuesto grupo criminal, se han esclarecido hasta el momento 24 delitos de estafas por todo el territorio nacional, sin descartar más detenciones e investigaciones que puedan realizarse próximamente.