Écija es conocido no solo por su patrimonio histórico y cultural, sino también por su clima extremo, que lo ha ganado el apodo de «La sartén de Andalucía», el municipio más caluroso de Sevilla. Durante los meses de verano, las temperaturas pueden superar fácilmente los 40 °C, alcanzando en algunas ocasiones registros cercanos o superiores a los 45 °C. Su fama como uno de los lugares más calurosos de España lo convierte en un punto de referencia climático en la región.

El clima en Écija es mediterráneo, con veranos largos y extremadamente calurosos, e inviernos relativamente suaves. Sin embargo, su ubicación en el valle del Guadalquivir, rodeado por una vasta llanura, y su cercanía al interior de Andalucía, le confiere características casi continentales, intensificando las altas temperaturas durante los meses estivales. Las olas de calor, que afectan al sur de España cada verano, encuentran en Écija uno de sus puntos más calientes, donde el mercurio en los termómetros suele marcar máximos históricos.

En comparación con otros municipios de la provincia, como la propia Sevilla capital, Carmona o Utrera, Écija se distingue por tener temperaturas que, durante el día, superan por varios grados las de sus alrededores. Esto se debe, en parte, a la falta de brisas refrescantes y al tipo de suelo que rodea el municipio, lo que provoca que el calor se concentre de manera más intensa en esta zona.

Durante los meses de julio y agosto, es común ver las calles casi vacías durante las horas centrales del día, cuando el sol está en su punto más fuerte. La actividad comercial y social se traslada al atardecer, cuando las temperaturas empiezan a bajar ligeramente, y las terrazas de los bares y plazas se llenan de vida.