El anuncio del fichaje de Juan José Cortés como asesor del Grupo Popular del Ayuntamiento ha abierto la caja de los truenos con el PSOE, que considera esta contratación un nuevo «enchufe».

El Partido Popular del Ayuntamiento de Sevilla hizo publico que Juan José Cortés, el padre de la niña asesinada Mari Luz Cortés, se uniría en breve al equipo de gobierno local como asesor para los problemas de exclusión social en la ciudad. Un nombramiento del que Cortés manifestaba estar «orgulloso de trabajar para los sevillanos». Anteriormente ya había colaborado con el PP en materia de Justicia.

Dicha contratación ha provocado la indignación de la oposición. El grupo socialista del Ayuntamiento hispalense manifestaba estar «estupefacto» ante la noticia. El PSOE, en declaraciones a Europa Press, ha querido dejar claro que considera el fichaje lícito, pero cuestiona el baremo del PP a la hora de contratar.

«El alcalde ha hecho bandera de que las contrataciones estarían motivadas por merito y capacidad, pero no es lo que demuestra día a día. El Ayuntamiento de Sevilla se esta convirtiendo en una agencia de colocación de afines al PP«, sentencian desde la oposición.

Juan José Cortés se defiende con duras palabras

Ante estas palabras del PSOE, el propio Juan José Cortés ha querido hoy defenderse. El padre de la pequeña Mari Luz se está replanteando su entrada como asesor al Ayuntamiento de Sevilla por las declaraciones de la oposición.

Cortés califica como «ataques» la respuesta del grupo socialista, y tilda a sus miembros de «ignorantes» y «malintencionados»; a la vez que les pide que sean «respetuosos con una persona que ha encabezado una lucha que beneficia a muchos ciudadanos». Acusa además al PSOE de querer engañar a la población haciéndoles creer que su contrato es con el Consistorio y no con el Grupo Popular.

«Con esa mala intención no van a conseguir nada positivo», ha indicado Juan José Cortés, añadiendo al respecto que «espero que los ciudadanos de Sevilla y Andalucía hagan pagar al PSOE esa manera agresiva que tienen de cuestionar a una persona humilde y sencilla del pueblo». Unas palabras que, en plena campaña electoral, pueden traer mucha cola.

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