El equipo de Cirugía General del Hospital Virgen del Rocío desarrolla una técnica novedosa, única en el mundo, que permite acelerar el cierre de grandes heridas.
Un equipo de cirujanos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla utiliza una técnica única el mundo. “Que minimiza las fístulas y que nos permite un cierre en mucho menos tiempo que los que permiten los cierres convencionales, de manera que quien más ha tardado, ha tardado 18 días en cerrarse”, explica Felipe Pareja, Jefe de Cirugía de Urgencias.
Pacientes como Ángela Guerra, que tras dos meses en coma por una peritonitis que se complicó le salvó la vida. Hoy acude a una revisión. “Que por eso estoy viva. Por las manos de ellos y por las técnicas nuevas», explica.
Sufrió varias operaciones como consecuencia de la peritonitis y de una gran infección. El problema era cerrar la herida por el gran tamaño de la incisión y la inflamación de los tejidos. “El cierre definitivo es lo que en ocasiones no podemos conseguir. Y es ahí donde tenemos la pérdida de los pacientes”, aporta Felipe Pareja.
Hasta ahora, fallecían siete de cada diez pacientes por fístulas abdominales e infecciones. Ellos han reducido la mortalidad a cero con materiales tan simples como estos: una malla sobre la cavidad abdominal, una esponja para evitar infecciones y estos tensores. La técnica permite cerrar heridas. «Una vez que se empieza a poner el dispositivo operamos al paciente cada dos días. Y vamos, simplemente, tirando de los tensores y cambiando una esponja por otra», dice el Jefe de Cirugía.
15 días después, la incisión ya está cerrada, cuando hasta ahora se tardaba meses con enorme riesgo de muerte. Han aplicado la técnica en cinco pacientes, siempre con éxito. Han patentado el kit en España y está en trámites la patente internacional. “A pesar de lo importante que puede ser salir en la tele, en la prensa, en publicaciones importantes, lo mejor de todo es el reconocimiento de los pacientes», dice Rosa Jiménez, cirujana. «Hombre por Dios, a todos los médicos que me han tratado y han hecho posible que no me muera», dice Ángela.
Varias multinacionales se han interesado en la comercialización del kit a nivel internacional. Una vez que se generalice, podría ayudar a salvar la vida de decenas de pacientes cada año en cualquier parte del mundo.