- Licitadas las obras de la Línea 3 del Metro de Sevilla entre Pino Montano y San Lázaro
- Todos los colegios electorales de Sevilla contarán con climatización el 23J
Un equipo de investigación de la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla ubicada en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, ha diseñado una parada de autobús bioclimática que reduce hasta 20 grados la temperatura de su entorno.
Esta marquesina «inteligente» detecta cuándo hay un usuario esperando y activa su sistema de acondicionamiento térmico, que rebaja el calor extremo del verano para que las personas que alberga se encuentren más cómodas y seguras ante los efectos de la adversidad climática. Los expertos confirman que el primer prototipo se instalará en Sevilla el próximo año.
La marquesina que proponen los investigadores funciona mediante radiación térmica, esto es, una forma de transferencia de calor o frío que ocurre cuando un objeto emite ondas electromagnéticas debido a su temperatura.
«No es como un aire acondicionado, que produce aire frío; sino que la propia estructura de la parada de autobús emite frescor, como ocurre con los frigoríficos», explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla José Sánchez.
Así reduce su temperatura la parada de autobús «inteligente»
La marquesina posee un sistema de autosuficiencia que produce electricidad y agua fría, además de una serie de sensores que perciben la temperatura exterior, la presencia humana y el clima del entorno, de modo que «toma decisiones» de forma autónoma. Por ejemplo, detendría su funcionamiento en caso de que bajaran las temperaturas.
Los expertos explican que, por la noche, el agua del tanque asciende hacia las placas solares, se enfría y retorna al tanque subterráneo, donde se almacena y mantiene el frescor. Cuando la parada detecta mediante sus sensores la presencia de una o varias personas, activa su sistema de enfriamiento y el agua recorre el interior de la estructura, expulsando el frío por el metal de la marquesina mediante unos poros muy pequeños, del tamaño aproximado de un garbanzo.
Durante el día, los paneles fotovoltaicos acumulan la energía que impulsa el agua y el enfriamiento tiene una duración de diez a 20 minutos, periodo máximo que un usuario suele esperar el autobús.
Según comentan los investigadores, se trata de un espacio desarrollado por arquitectos e ingenieros, de modo que integra el diseño exterior de las paradas comunes y las funcionalidades automáticas e «inteligentes».
El prototipo está ideado como un refugio climático, de modo que ejercería su función de enfriamiento durante las horas más calurosas del verano en el sur, de 13:00 a 19:00 horas. «Si la temperatura alcanza, por ejemplo, los 42 grados centígrados, la sensación térmica en el interior de la marquesina sería aproximadamente de 23», señala José Sánchez.
Los investigadores del grupo Termotecnia continuarán con el desarrollo de parasoles y marquesinas «inteligentes» para mejorar el diseño de estas paradas de autobús y para construir pérgolas que sirvan de refugio bioclimático a los niños en el patio de los centros educativos.
«Estamos instalando en el colegio Arias Montano de Sevilla una cubierta de 1000 metros cuadrados para que bloquee el sol y cree una sensación térmica de frescor. De este modo, los niños podrán jugar y dar clase en el exterior incluso en los momentos más calurosos del periodo escolar», explica José Sánchez.