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El Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación presentado por una mujer contra una sentencia de la Audiencia de Sevilla que la condena a seis años, siete meses y 16 días de prisión por delitos de prostitución y maltrato familiar a su hija menor. La mujer obligó a su hija a mantener relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero para sufragar los gastos del hogar y sus adicciones a las drogas.
El fallo del Supremo, emitido el 29 de junio y recogido por Europa Press, declara la «no admisión» de los recursos de casación presentados tanto por la mujer como por el hombre condenado a dos años de prisión por delito de prostitución con relación a la menor. El Tribunal establece que, de acuerdo con la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el recurso procedente contra la sentencia de la Audiencia de Sevilla era la apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia. Los hechos ocurrieron en 2018 y el procedimiento se inició después de la entrada en vigor de la Ley 41/2015.
La sentencia inicial de la Audiencia de Sevilla estableció que la acusada y su hija menor sufrían una adicción a las drogas y, al no tener ingresos en el hogar, la madre impuso a su hija la obligación de tener relaciones sexuales a cambio de dinero. La mujer publicó anuncios en línea ofreciendo servicios sexuales, y tanto ella como su hija se presentaban como amigas o compañeras de piso en la plataforma. La madre gestionaba esta actividad de prostitución y usaba las ganancias para los gastos del hogar y sus adicciones.
Cuando la hija expresaba su negativa a participar en estas actividades, la madre la intimidaba y la insultaba. El hombre acusado también contrató servicios sexuales de la menor, a sabiendas de su edad y adicciones, y mantuvo una relación sentimental con ella. La menor denunció la situación a la Policía, relatando cómo su madre la obligaba a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero.
La sentencia del Tribunal Supremo confirma las condenas para la mujer y el hombre, condenando a la mujer a seis años y un día de prisión por prostitución y a siete meses y 15 días adicionales por maltrato familiar. También se imponen prohibiciones de acercamiento y multas. El hombre es condenado a dos años de prisión por prostitución, prohibiciones de acercamiento y libertad vigilada pospenitenciaria. Ambos deben indemnizar conjuntamente a la víctima con 5.000 euros y son absueltos del delito de abusos sexuales continuados imputado.