El juzgado de Instrucción 11 de Sevilla está avanzando en la investigación sobre la trágica muerte de Álvaro Prieto, el joven cordobés cuyo cuerpo fue encontrado en la estación de Santa Justa. La investigación ha revelado que Prieto subió al techo del tren y se agarró a los cables de unión entre vagones, momento en el que recibió la descarga eléctrica.
Álvaro fue visto por una mujer paseando a su perro minutos después de las diez de la mañana del 12 de octubre en las inmediaciones de la estación de Santa Justa. Prieto saltó la valla que protegía el área de talleres donde estaban los trenes fuera de servicio y subió al techo de uno de ellos. Allí, tocó el pantógrafo que conecta el tren con la catenaria, lo que le causó una letal descarga eléctrica. Trágicamente, cayó por el mismo hueco por el que había llegado al techo del tren.
La grabación de una cámara, una prueba clave
La investigación ha identificado una prueba clave: la grabación de una cámara de seguridad y restos biológicos que han ayudado a determinar cómo Álvaro subió al techo. Se descubrió que se agarró a dos gomas flexibles que unen los vagones, actuando como un tipo de acordeón. Estas mismas piezas de goma tuvieron que ser cortadas por los bomberos para recuperar el cuerpo del joven, que quedó atrapado entre los dos vagones tras la descarga eléctrica.
Según fuentes de la investigación, Álvaro se había obsesionado con regresar a Córdoba esa mañana, incluso intentando abordar trenes sin billete. La investigación sugiere que Álvaro podría haber intentado ocultarse de la seguridad, esperando al próximo tren y entrando a la estación por las vías, evadiendo las medidas de seguridad. No se encontraron indicios de altercados con el personal de seguridad en Santa Justa. Por lo tanto, la teoría principal es que su elección de colarse en la estación, cruzar las vías y subir al tren fue una «mala decisión» que tuvo consecuencias fatales.