Atrapado y sin dinero. Así se encuentra el joven profesor sevillano, Jaime Cuesta, en Bali, donde desempeñaba su labor como docente hasta que sufrió un accidente de moto que le tiene hospitalizado. El problema: el coste de los tratamientos médicos y la hospitalización en la isla indonesia, tan altos que ya no puede hacerse cargo. A pesar de los esfuerzos de su familia por ayudarle, Cuesta ha tenido que recurrir a un crowfunding para reunir el dinero necesario. Por el momento, lleva recaudados más de 14.000 euros de los 20.000 que necesita.
Jaime Cuesta es oriundo de la Valencina de la Concepción, aunque su familia reside en el municipio onubense de Fuenteheridos. El pasado mes de enero se incorporó a la plantilla de un colegio internacional privado en Bali con un contrato de cuatro meses. En él, «se especifica que se me facilitaría una Social Worker Visa», que habría permitido que estuviera asegurado. Sin embargo, «el colegio me ha mantenido en situación ilegal, con una visa de turista, incumpliendo lo acordado», lamenta.
El joven profesor sufrió un accidente de moto por el que han tenido que realizarle cuatro operaciones por daños en el maxilar, nariz y oído derecho, así como «múltiples heridas en la cara». Cuesta ha iniciado un crowfunding para conseguir el dinero que necesita para pagar las facturas hospitalarias en Bali, donde permanece ingresado.
El colegio «se lava las manos»
Su padre, Joaquín Cuesta, en declaraciones a Europa Press, ha señalado que el consulado está ayudando a la familia a solucionar la situación y cree que es posible que este miércoles pueda recibir el alta. El progenitor ha agradecido la ayuda que está prestando la ciudadanía, que se está «volcando» en ayudar a Jaime. Sin embargo, ha lamentado que el colegio «se lave las manos» con la situación de su hijo.
El padre ha explicado que allí la sanidad es privada y que desde que Jaime se encuentra ingresado han adelantado varios pagos «importantes» de «miles de euros». Ha apuntado, además, que la situación está siendo «muy dificultosa» porque queda una factura alta por pagar y que lo «único» que quieren es «sacarlo del hospital y que pueda volver a España», donde necesitará nuevas cirugías.
El mismo afectado ha explicado en su relato que la factura médica «no deja de aumentar» y que en el hospital en el que está ingresado «se niegan» a darle comida o tratamiento «si no les llega dinero». Asegura que tuvo que «esperar casi dos días para ser operado por el mismo motivo». «No explican facturas ni cogen el teléfono a mis familiares. Estoy solo en este país y no tengo más medios que pedir ayuda», concluye.