- Un edificio bajo una gran cúpula de placas solares para el servicio científico de la UE
- Sevilla, entre las 23 ciudades UE empeñadas en ser sostenibles
El reto de la descarbonización de la UE en todos sus procesos de producción industrial avanza en herramientas y propuestas para conseguir el gran hito de un continente climáticamente neutro para 2050. Y Sevilla va a ser protagonista de tal gesta. Este viernes, La Comisión Europea ha presentado INCITE, el Centro de Innovación para la Transformación Industrial y las Emisiones para avanzar en la descarbonización y descontaminación.
INCITE funcionará desde la capital hispalense para ofrecer información transparente e independiente sobre el impacto ambiental de técnicas industriales innovadoras, dentro de la nueva Directiva de Emisiones Industriales, que tiene por objeto ofrecer una mejor protección de la salud humana y el medio ambiente, al reducir las emisiones nocivas de las instalaciones industriales.
Cómo contribuirá este centro a la descarbonización de la UE
Identificará y valorará la madurez de tecnologías innovadoras vinculadas a las descarbonización, eficiencia energética, economía circular y descontaminación. Sus investigadores analizarán si estas nuevas tecnologías están preparadas para su uso a nivel industrial y evaluarán tanto sus aspectos ambientales como económicos. Se prestará especial atención a los sectores intensivos de la energía, el cemento, el acero y el sector químico.
La información técnica y los datos integrados en INCITE serán también útiles para las inversiones en innovación necesarias para que Europa avance hacia una economía más limpia, circular y competitiva y llegue al objetivo de neutralidad climática en 2050. Asimismo, tanto la industria, las instituciones financieras, los proveedores de tecnología, las autoridades de permisos y las organizaciones de investigación y tecnología tendrán acceso a las evaluaciones y hallazgos técnicos de INCITE.
Principales objetivos de la Directiva de Emisiones
La norma europea que fue aprobada a finales de 2023 y deberá aplicarse en un máximo de dos años, busca garantizar unas medidas firmes de protección del medio ambiente y de la salud humana ya que previene y reduce las emisiones tóxicas a la atmósfera, al agua y al suelo procedentes de un amplio abanico de fuentes industriales.
Por otro lado, las empresas estarán obligadas a presentar planes integrales de transformación que expongan cómo contribuirán al surgimiento de una economía sostenible, circular y climáticamente neutra con el 2050 en el horizonte.