Andrés Osuna, pediatra del hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla. SA
Andrés Osuna, pediatra del hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla. SA

El Servicio de Urgencias del Hospital Quirón salud Infanta Luisa de Sevilla informa de un repunte de casos del virus de “la bofetada” que se está atendiendo en estas últimas semanas en sus urgencias pediátricas. Alegando que del total de sus actuales urgencias aproximadamente diez niños de entre tres y diez años acuden semanalmente con estos síntomas.

Así, el pediatra de Quirónsalud Infanta Luisa Andrés Alberto Osuna Vera expone que el megaloeritema, también conocido como eritema infeccioso, quinta enfermedad o popularmente “la enfermedad de la bofetada” es una afección producida por el parvovirus B19. “Se manifiesta con una erupción muy característica en las mejillas que hace que se parezca a una bofetada”, detalla el doctor.

“La erupción típica comienza en las mejillas y es de color rojo brillante” explica el especialista, al tiempo que apunta que, la lesión cutánea se suele extender después por el resto del cuerpo, siendo muy característico que afecte a nalgas y extremidades con lesiones rojizas reticulares que asemejan un encaje. “No suele aparecer en las palmas y las plantas, sin embargo, en ciertas ocasiones pueden llegar a picar”, subraya.

En este sentido, Andrés Alberto Osuna Vera puntualiza que lo habitual es que dichas erupciones desaparezcan en una semana, “pero cabe la posibilidad de que puedan llegar a reactivarse durante un periodo más largo debido a determinados factores como la luz, el sol o el calor”, añade.

De esta forma, el doctor esclarece que la enfermedad “de la bofetada” es una infección que se inicia con síntomas inespecíficos como dolor de cabeza, mocos o algo de malestar, pudiendo llegar a producir fiebre en ciertas ocasiones, “posteriormente brota la erupción típica que comienza en las mejillas y es de color rojo brillante”, apostilla.

Por otro lado, el especialista de Quirónsalud Infanta Luisa destaca que no hay tratamiento específico para el virus ni prevención por vacuna. “Usualmente sólo es necesario el uso de antitérmicos para mejorar la fiebre si la hubiese o el malestar general”, remarca.

“El contagio tiene lugar principalmente a través de las gotitas de saliva que se emiten al hablar, al toser o al estornudar”, indica Osuna Vera, quien a su vez detalla que “el enfermo puede contagiar la enfermedad durante el periodo de incubación y al inicio de los síntomas inespecíficos, dejando de ser contagioso cuando aparecen las primeras manifestaciones cutáneas”. Asimismo, según el pediatra, es muy importante resaltar que cuando dicha afección se encuentra en la fase de erupción, que es cuando se puede reconocer, ya no resulta contagiosa, “por lo que no es necesario tomar ninguna medida de aislamiento, ni de exclusión escolar”, concluye.

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