Casa Ricardo, uno de los bares catalogados como emblemáticos de Sevilla.

Este viernes 28 de junio se hizo pública la nueva ordenanza de veladores de Sevilla, siendo las principales novedades de la misma la ampliación del horario de cierre de veladores hasta las 02:00 horas de la madrugada (también los viernes) y la limitación del consumo de bebidas de pie, relegada «solo en aquellos bares de Sevilla acreditados como emblemáticos».

Aquellos bares que no forman parte de la lista de locales «que forma parte de la idiosincrasia de la ciudad» pueden hacerlo a través de una petición al Ayuntamiento de Sevilla. Hasta entonces, estará prohibido y multado beber de pie en aquellos bares no emblemáticos.

Para resolver todas las dudas, aquí os dejamos la lista de bares que entran dentro de esta catalogación en los que podemos sacar los tanques a la calle:

El Rinconcillo (1670) C/ Gerona.

El Rinconcillo no solo destaca por ser el bar más antiguo de Sevilla, sino también por su carta especializada en platos míticos de la gastronomía andaluza. El local dispone de un amplio catálogo de vinos y de tapas para todos los gustos. Con 354 años de funcionamiento ininterrumpido (salvo durante la pandemia del Covid), esta icónica taberna ha dejado una huella imborrable en la vida de la ciudad.

Casa Morales (1850) C/ Garcia de Vinuesa.

Fundada a mitad del siglo XIX y ubicada a la vera de la Catedral de Sevilla, Casa Morales es la esencia de las tabernas tradicionales sevillanas. No por casualidad ha sido testigo de decenas de campañas de publicidad. Guisos, garbanzos, carrillada y tapas frías como la ensaladilla. Casa Morales puede presumir de carta y de precio.

Confitería La Campana (1885) C/ Sierpes.

Fundada en 1885, en su escudo figura la leyenda “proveedor de la Real Casa”. Uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla vinculado estrechamente a la Semana Santa. La cuaresma no acaba nunca si abres la puerta de La Campana: torrijas, pestillos, hojaldre, chocolate y helados. Y muchos turistas de paso con compras, regalos y ganas de probar sus dulces.

Taberna Entrecárceles (1894) Callejón Faisanes.

En un ambiente acogedor y en una de las calles más estrechas de la ciudad, se salvaguarda un rincón que hace culto a la buena gastronomía. Es uno de los establecimientos hosteleros más antiguos de Sevilla y sus paredes están llenas de historia. La taberna ocupa la que fuera la sala del Cuerpo de Guardia de la antigua Cárcel Real de Sevilla, donde estuvo preso Miguel de Cervantes y donde la leyenda cuenta que escribió parte de su obra Don Quijote de la Mancha.

Casa Ricardo, Antigua Casa Ovidio (1898) C/ Hernan Cortes.

Se fundó en 1898 como «Establecimiento de Abacería, de Antonio Artiante, Calle Panecitos nº. 8 y Flandes 1 y 2″. Desde entonces, mucho ha visto vivir esta casa Ricardo, antigua Casa Ovidio que tiene la fama de cocinar las mejores croquetas de la ciudad. Definen su carta como una revisión al tapeo sevillano de «toda la vida».

Bar Europa (1922) C/ Siete Revueltas.

El Bar Europa abrió sus puertas hace más de un siglo de manos del cántabro Manuel Gutiérrez Luna. El edificio, atribuido al arquitecto José Espiau y Muñoz, se encuentra protegido dentro del Catálogo Urbanístico con la categoría Parcial en Grado 1 y su estilo es Regionalista. El Europa es un bar con el sabor de los antiguos bares europeos que todavía perduran en las grandes metrópolis: representa, en la actualidad, un maridaje perfecto entre tradición y modernidad.

Casa Palacios (1926) C/ Progreso.

Algunos usuarios lo definen como «el ideal de sitio autóctono sevillano». En el corazón del barrio del Porvenir, la clave de esta casa es ofrecer calidad en cada uno de sus platos y aperitivos. A punto de cumplir el siglo, fue fundado como comercio de alimentación de ultramarinos finos por un soriano del pueblo de Taniñé. En la Exposición Universal del 29 se convirtió en uno de los puntos señeros de la ciudad.

Bodega la Mina (1929) C/ Cuesta del Rosario.

Fundado en 1929, es uno de esos bares que explican por sí mismos la idiosincrasia sevillana. El pequeño local tira la cerveza al punto y es una opción ideal para tomar unas cervezas acompañadas de un aperitivo digno de «chuparse los dedos».

Casa Manolo (1935) Plaza de la Alfalfa.

En la esquina de la Alfalfa, la amplia terraza del local se convierte en uno de los planes gastronómicos muy valorados por los sevillanos aunque últimamente tomado por los turistas. La carta que cuenta con gran variedad de productos, utiliza ingredientes de la tierra para crear suculentos platos. Carpaccio de gambón con toques cítricos, ensalada de tomate rosa con burrata, pesto y helado de limón o las populares almejas a la marinera son algunas de las opciones recomendadas por el chef.

Casa Vizcaíno (1935) C/ Feria.

En una de las calles más transitadas de la ciudad, la calle Feria, levanta su persiana uno de los bares más queridos de todo el casco antiguo de la ciudad. Su barra de madera, que tantas y tantas cervezas e historias ha visto pasar, sigue siendo hoy testigo de la vida de un barrio pintoresco, abierto y plural. La del Vizcaíno es una de las mejores cervezas entre amigos de Sevilla. Y su personal detrás de la barra, familia para muchos en el barrio.

Bodega Góngora (1939) C/ Albareda.

A lo largo de tres generaciones, esta bodega fue originalmente despacho de vinos de la antiquísima Bodega Góngora, fundada en 1682 en Villanueva del Ariscal, en el Aljarafe Sevillano. Lugar de encuentro de toreros, ganaderos, tratantes y personajes de la Sevilla de los años 40 y 50. Más adelante, en los años sesenta, por iniciativa de nuestro padre, se introdujo el despacho de mariscos y más tarde los pescados fritos y en general una cocina propia del mejor estilo sevillano de tapitas y raciones. En definitiva, un rincón añoso en el corazón de Sevilla, donde el buen servicio, la eficacia y la simpatía son nuestra carta de presentación para los que nos visitan.

Bar Arenal Ventura (1944) C/ Arfe.

Más de 70 años y tres generaciones de Ventura avalan a este famoso barrio del Arenal tiene este bar familiar. En su cocina, todo es casero. Con la Cruzcampo bien fría todo entra bien, pero su especialidad es atún y sobre todo los mejillones.

La Hostería del Laurel (1963) Plaza Venerables.

En pleno barrio de Santa Cruz, al lado del Hospital de Los Venerables, hablar de la Hostería del Laurel es hablar de tradición en un barrio ya tomado por completo por el turismo. En su barra cuentan con una gran gama de carnes y chacinas ibéricas y pescados frescos.

El Patio San Eloy (1972) C/ San Eloy.

En pleno centro, montaditos de todos los tipos, chacinas, salmorejo, aceitunas o frituras son algunas opciones con las que el Patio de San Eloy deleita el paladar del de los comensales. La cerámica incrustada en sus fachadas refuerza la identidad hispalense del local.

Restaurante El Giraldillo (1978) Plaza Virgen de los Reyes.

Desde 1978 este restaurante se ha convertido en el mirador de lujo desde donde disfrutar de una gastronomía de calidad, con un esmerado servicio y en un lugar privilegiado. Especializados en arroces y otros platos característicos, sus precios hay que pagarlos pero la calidad está asegurada.

Restaurante El Cairo (1977) C/ Reyes Católicos.

Sus fogones comenzaron a funcionar en 1977 y desde entonces se ha hecho con una selecta clientela, nacional e internacional, que le ha posibilitado crecer y consolidarse entre los principales restaurantes de la ciudad. Mariscos, carnes y dulces postres. La combinación perfecta para darse un homenaje en una celebración, ocasión especial o por el simple gusto de disfrutar del placer de comer.

Kiosco del Agua (1982) Paseo Cristóbal Colón.

A orillas del río Guadalquivir, el Kiosko del Agua es uno de los lugares idóneos para tomar algo en las frescas noches de verano. Un lugar que enmarca las vistas de Triana, la Torre del Oro y el río.

Periodista. En Twitter: @jav097

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